La cola consuetudinaria, con gente amanecida en ella, estaba. Hasta allí, todo normal. Pero después, cuando fueron más de las 8:00 de la mañana y se desató la trifulca, ¿qué pasó? correodelcaroni.com / Marcos David Valverde
Esa era la pregunta cuya respuesta ensayaban los trabajadores de la sede de Makro en Puerto Ordaz, luego de que una cola por detergente terminara, a esa hora, con una pelea en la puerta del supermercado.
A través de Twitter, los mensajes de alarma se multiplicaron, y hasta de heridos se habló en un momento. Lo demás fue el muro de los lamentos: hasta cuándo, por qué, nunca aprenderemos, y un persistente etcétera.
Ya en la tarde todo era normal. Lo único confirmado por los trabajadores fue, en sí, la trifulca. De resto, nada. De resto, el día continuó. De resto, así lo preferían.
Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, armados y en posición de guerra vigilaban el lugar. La gente compraba, le pasaba por el lado y seguía. Como si fuese normal: militares vigilando un supermercado. No una guerra. No en estado de excepción: un supermercado. Ocurrió así.