Científicos de la Agencia Espacial Europea preparaban el miércoles un intento histórico de aterrizar una nave sobre un cometa, pese a un problema de última hora con el sistema de aterrizaje.
La maniobra sería el clímax de una misión lanzada hace una década para estudiar un cuerpo celeste formado por polvo y hielo de 4 kilómetros (2,5 millas) de diámetro, conocido como 67P/Churyumov-Gerasimenko. También sería el final de los diez años de viaje por 6.400 millones de kilómetros (4.000 millones de millas) que hicieron la Rosetta y su acompañante, el módulo de aterrizaje Philae, hasta llegar al cometa.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) anunció el martes por la noche que no podía activar el sistema de descenso activo, que emplea un mecanismo de propulsión para evitar que la nave rebote en la superficie. En su lugar, la agencia empleará tornillos de hielo y un sistema de arpones para asegurar la sonda.
“El propulsor de gas frío en la parte superior del módulo no parece funcionar, de modo que tendremos que depender por completo de los arpones al descender”, indicó Stephan Ulamec, director del Philae en el Centro Aeroespacial Alemán DLR.
“Necesitaremos algo de suerte para no aterrizar en una roca suelta o en una ladera empinada”, señaló.
Si todo va acorde con el plan, el módulo, de tamaño similar a una lavadora, se separará de Rosetta a las 08:35 GMT y descenderá hasta el cometa, donde se anclará con arpones y tornillos. Durante su descenso, los científicos sólo podrán mirar, porque la enorme distancia con la Tierra —500 millones de kilómetros, o 311 millones de millas— hace imposible enviar instrucciones en tiempo real.
De tener éxito, la confirmación del aterrizaje debería llegar a la tierra en torno a las 16:03 GMT (11:03 de la mañana EST).
El plan es que Rosetta y Philae acompañen después al cometa en su dirección hacia el sol, y se volverá más activo conforme se calienta.
La ESA dice que incluso aunque el aterrizaje no funcionara, la misión, valorada en 1.300 millones de euros (1.620 millones de dólares) y lanzada en 2004, no será un fracaso. Por su cuenta, Rosetta, podría realizar el 80 por ciento de la misión por su cuenta. AP