Cuatro siglos después de su muerte, El Greco suscita pasiones en la Galería Nacional de Arte de Washington, que rinde tributo al pintor con una exposición y una película que destacan el genio creador de su revolucionaria obra.
Fotos EFE
Nacido en la isla de Creta en 1541, Doménikos Theotokópoulos (1541-1614), más conocido como El Greco (“El Griego”), murió hace cuatrocientos años en la ciudad de Toledo (España), epicentro de las conmemoraciones del aniversario.
La Galería Nacional de Arte, una de las pinacotecas más importantes del mundo, se suma a los homenajes con la exhibición de once cuadros del pintor y la producción de un documental sobre los avatares de su agitada vida, narrado por la estrella de Hollywood Adrien Brody.
“La exposición muestra el estilo pictórico innovador del artista, que fusionó elementos del arte bizantino y renacentista con la exacerbada espiritualidad de la Contrarreforma”, resumió el director del museo, Earl A. Powell.
El museo, que atesora la mayor colección de obras de El Greco en Estados Unidos, espera una gran afluencia de espectadores para disfrutar de las figuras manieristas y los contrastes de color que dieron fama al pintor, todo un precursor del modernismo que inspiró a futuros genios como Pablo Picasso o Jackson Pollock.
“Esperamos unos 200.000 (visitantes)”, dijo a Efe una portavoz de la National Gallery, que presentó hoy la muestra que abrirá al público el 2 de noviembre en una concurrida rueda de prensa amenizada por acordes de guitarra española.
Ubicada en una sala del Edificio Oeste del museo e iluminada de manera tenue, la exposición, titulada “El Greco en la Galería Nacional de Arte y las colecciones del área de Washington: una celebración del 400 aniversario”, repasa las etapas de la carrera del artista, desde sus inicios en Venecia hasta sus cuadros inacabados de Toledo.
El espectador puede contemplar “joyas” como “Laocoonte” (1610-1614), dijo a Efe el historiador español Félix Monguilot, subcomisario de la muestra, al subrayar que es “la única pintura de El Greco sobre un tema mitológico que ha llegado hasta nuestros días”.
En ese óleo sobre lienzo, el pintor recrea la muerte del sacerdote Laocoonte y sus hijos, como castigo divino por oponerse a la entrada en Troya del caballo de madera que los enemigos griegos ofrecieron como envenenado regalo para tomar la ciudad.
Con un “alto nivel dramático”, como apunta Monguilot, el genio cretense cambia Troya por Toledo como paisaje de fondo y logra una impactante violencia expresiva con la luz fantasmagórica que alumbra el primer plano del cuadro.
También cautiva el lienzo “San Martín y el mendigo” (1597-1599), en el que el santo, vestido con una imponente armadura y a lomos de un caballo blanco, socorre con su capa a un indigente, escena que simboliza la importancia de la caridad para la salvación del alma.
En opinión del experto español, “la pintura es una buena síntesis del alto grado de misticismo y la maestría que El Greco adquirió a finales del siglo XVI”.
Además, la obra “ha sido recientemente limpiada, porque ha estado en varias exposiciones, sobre todo en España (…), y regresa a Washington limpia, tal y como había sido concebida por El Greco. El público la va a poder ver con unos nuevos ojos”, explicó Monguilot.
En la sala, cuelgan igualmente óleos como “San Pedro arrepentido” (1600-1605), “San Jerónimo” (1610-1604) o “Virgen con el Niño, Santa Martina y Santa Inés” (1597-1599), que llevan también el sello distintivo del maestro: sus alargadísimas figuras, que algunos eruditos han atribuido a problemas de vista, como el astigmatismo.
Sin embargo, el subcomisario cree que ésa y “otras teorías un poquito más extravagantes, como posibles problemas mentales o consumo de drogas, están ya bastante superadas”, pues el estudio de las tendencias pictóricas en la época de El Greco prueba que “también otros artistas usan el mismo canon de representación”.
La exhibición demuestra asimismo la popularidad del autor cretense en Estados Unidos, como destacó hoy el embajador de España en Washington, Ramón Gil-Casares, presente en la rueda de prensa.
“El Greco es muy conocido en Estados Unidos entre los pintores que le apreciaron y los coleccionistas de arte. Y el público también lo conoce”, comentó Gil-Casares.
Esos coleccionistas empezaron a enamorarse de El Greco a raíz de un viaje que la familia Havemayer, de Nueva York, hizo en 1901 a España, donde descubrieron la pincelada vibrante del artista, al que bautizaron como un “nuevo maestro” tras revalorizarse su imagen, olvidada e, incluso, denigrada hasta finales del siglo XIX.
Para conocer mejor la vida del genio, los visitantes de la muestra podrán visionar el documental “El Greco: la odisea de un artista”, al que pone voz Adrien Brody, ganador de un Óscar de Hollywood por su papel en el filme “The Pianist” (2002), de Roman Polanski.
Será entonces -agregó Monguilot- cuando el espectador podrá marcharse de la Galería Nacional con una clara impresión: haber sido testigo de la obra de un “revolucionario” que, hace cuatrocientos años, ya deslumbró como “un artista contemporáneo”.
Pedro Alonso/EFE