La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, defendió el martes en la cumbre de la ONU sobre clima el accionar de su gobierno para enfrentar el calentamiento global y exigió trabajar para evitar que los pobres continúen pagando el costo más alto de los desastres naturales provocados por este fenómeno. AFP
“Brasil no anuncia promesas sino que muestra resultados. Hemos reducido la pobreza y hemos protegido el medio ambiente”, dijo Rousseff en su discurso en uno de los tres plenarios simultáneos que se llevan a cabo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Como ejemplo, la mandataria brasileña indicó que “en los últimos años la deforestación en Brasil se ha reducido en un 79%”, y que el país está cumpliendo con su compromiso de una reducción de entre “36 y 39% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2020”.
El accionar de Brasil “no se limita al Amazonas”, señaló Rousseff, explicando que su administración coopera con sus vecinos de la cuenca amazónica para “controlar y vigilar la deforestación”, y trabaja también con los países de la cuenca del Congo en África con el mismo objetivo.
La jefe de Estado se refirió a la acumulación de desastres naturales en los últimos años, adjudicada por la mayoría de los expertos al cambio climático, y recordó que los mismos afectan mayormente a los “pobres”.
“En un mundo de injusticia ambiental los pobres son los más vulnerables”, indicó, pidiendo acciones para paliar esa situación, como un mejor acceso a servicios públicos, agua potable, salud.