Al hablar con Fausto Indriago por teléfono, se adivina a un joven maduro, serio y responsable. Su acento y amabilidad delatan su origen ñero. El Sol de Margarita.
En el mes de la Virgen del Valle, muchos son los artesanos y artistas que dedican su obra a honrar a la Santa Madre, pero él es especial.
Apenas tiene 17 años. Se acaba de graduar de bachiller y en un par de meses elaboró casi 100 estampas de la Patrona de Oriente sobre retablos de madera.
Fausto es autodidacta, vive en el sector Piedras del Valle, junto a su mamá y sus abuelos. Su casa, un encanto insular con plantas y detallitos que ha colocado el artista.
Su mamá, Dora Marcano, se derrite de emoción al hablar de la obra de su hijo prodigio. Cuenta que desde chiquito sus maestros le hablaban del potencial del niño y que todos sus compañeritos tenían un dibujo de Fausto en la libreta.
Para ella, el talento del muchacho no es casualidad. Hace 17 años le dijeron que no podría tener hijos, y un 8 de septiembre, como siempre acostumbraba, rezó a la Virgen del Valle, pero esta vez le pidió ser madre, así como Ella era la Madre de Dios y al mes, la Virgencita cumplió: Dora estaba embarazada.
Desde entonces, su familia afianzó la fe en la Patrona y en septiembre festejan el aniversario de la Santa.
Medicina
Aunque el joven manifiesta un evidente talento para la creación plástica, no solo de vírgenes, sino de paisajes, animales y diversos motivos, no duda en hablar de su vocación médica.
Pronto se irá a Puerto La Cruz, a prepararse como doctor en medicina, aunque confiesa que nunca dejará de pintar a su querida Virgen del Valle.
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