Luego de que Venezuela anunciara en la víspera el cierre nocturno de la frontera, las autoridades locales colombianas esperaban el domingo una comunicación formal de parte del gobierno nacional que les indicara cómo proceder desde el lunes cuando inicie la medida.
El cierre de los 2.200 kilómetros fronterizos, previsto entre 2.30 y 9.30 GMT, pretende paliar el contrabando de gasolina y alimentos, según se informó el sábado a través de la agencia estatal venezolana AVN.
“No hemos recibido ninguna directriz ni por parte de cancillería (colombiana), que sería la entidad competente, ni del mismo presidente (Juan Manuel Santos) para conocer las medidas especiales que deben tomarse en la frontera”, sostuvo en diálogo telefónico Nohora Oliveros, secretaria de gobierno del departamento de Norte de Santander en la frontera con el estado venezolano Táchira.
El jefe policial de Cúcuta, ciudad capital de la región, dijo tampoco tener información oficial sobre la medida que, según informó el gobierno venezolano, se acordó entre los presidente Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos durante su encuentro el pasado 1 de agosto en el balneario caribeño de Cartagena.
La oficina de prensa de la presidencia colombiana no entregó detalles a The Associated Press sobre el cierre fronterizo y dijo, vía telefónica, que no se tenía previsto ningún pronunciamiento en la jornada por parte de Santos.
La secretaria Oliveros explicó que el cierre se hará del lado de Venezuela, y desde Colombia todas las autoridades competentes vigilarán el orden público para prevenir cualquier alteración.
Los habitantes y los voceros de los gremios de transporte y comercio ya ha manifestado su desacuerdo con la medida y han anunciado manifestaciones en los días venideros.
El cierre nocturno para combatir el narcotráfico, en opinión de Oliveros, es una estrategia que se traduce tanto en beneficios como en pérdidas. “Será la oportunidad de que nos desvinculemos del comercio (ilegal) de Venezuela, que tanto daño nos hace a los pueblos colombianos, pero también perjudica a todos los comerciantes que trabajan legalmente y visitan al vecino país”.
El económico precio del galón de combustible en Venezuela, el más bajo de la región, ha promovido por años su tráfico hacia Colombia donde es vendido a exponenciales costos. A esto se suma el contrabando de alimentos y productos básicos, que en Colombia pueden ser comercializados por un precio 10 veces superior.
AP