¿Equivocación de los rebeldes, que creían atacar un avión ucraniano? ¿Inexplicable error de los ucranianos o de los rusos? La tragedia del avión malasio, probablemente derribado por un misil en el este de Ucrania, suscita indignación e interrogantes en todo el mundo, reseña AFP.
Si la investigación llega a identificar con certeza a los autores del disparo, ello tendrá un decisivo impacto en el conflicto que asola Ucrania desde hace tres meses y opone a Kiev con los separatistas prorrusos apoyados por Moscú.
Mensajes incluidos en sitios internet de los rebeldes -y a veces rápidamente borrados- así como conversaciones interceptadas por los servicios de seguridad ucranianos dan a entender que el aparato pudo ser derribado por error por los insurgentes, al haberlo confundido con un avión militar ucraniano.
Si se confirmara esta hipótesis -que debe ser tomada con prudencia en el contexto de una violenta guerra de propaganda y desinformación-, la posición de los separatistas y de su aliado, el presidente ruso Vladimir Putin, se debilitaría de manera considerable ante la comunidad internacional.
Queda por determinar el origen del misil, probablemente un Buk de fabricación rusa que -según Kiev- fue “regalado” a los rebeldes por los rusos. Sin embargo los insurgentes afirmaron hace un tiempo que lo habían arrebatado a las fuerzas ucranianas, lo que éstas desmintieron.
Para las autoridades ucranianas, no hay duda sobre la culpabilidad de Rusia, país al que acusan desde hace meses de suministrar combatientes y armas a los rebeldes.
“Los rusos han ido demasiado lejos. Es un crimen internacional cuyos responsables deben ser juzgados en La Haya”, afirmó el viernes el primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk, aludiendo a la Corte penal Internacional, encargada de juzgar los crímenes de guerra.
La víspera, el presidente Petro Poroshenko acusó indirectamente a Moscú al revelar que Kiev había interceptado una conversación telefónica en la que un jefe rebelde “se vanagloria de haber derribado un avión de línea” ante un “coronel de inteligencia militar rusa, Vasili Gueranin”.
– Hallada una caja negra –
Socorristas que trabajan en el lugar de la tragedia indicaron a la AFP el hallazgo de una de las cajas negras, aunque esto probablemente no ayude a determinar el origen del misil.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) anunció que los rebeldes prorrusos aceptaron ofrecer un “acceso seguro” al lugar a “una comisión nacional de investigación, que incluya a investigadores internacionales”, durante una videoconferencia de esta organización, Rusia, Ucrania y los insurgentes.
Previamente Estados Unidos había pedido una investigación “creíble” y “sin trabas” durante una conversación telefónica con Mark Rutte, primer ministro de Holanda, de donde eran originarios 154 de los pasajeros que viajaban en el avión de Malaysia Airlines.
Para ello, Estados Unidos exigió a todas las partes implicadas -Ucrania, separatistas prorrusos, Rusia- un “alto el fuego inmediato”.
En el sitio donde se estrelló el avión -que se habría roto en vuelo, según testigos- los restos del aparato estaban dispersados en varios kilómetros cuadrados en una zona rural en torno al pueblo de Grabove, en el este de Ucrania, no lejos de la línea del frente entre separatistas y fuerzas leales ucranianas.
Bajo una fina lluvia, los socorristas se preparaban el viernes a recuperar los restos de las 298 personas que se hallaban a bordo del avión.
– Origen incierto del misil –
Expertos de los servicios de inteligencia norteamericanos estimaron que un misil tierra-aire abatió el Boeing 777 que había despegado de Ámsterdam rumbo a Kuala Lumpur.
Los analistas están revisando la información para determinar si el misil fue disparado por separatistas prorrusos, según un funcionario que pidió no ser identificado.
La tragedia es consecuencia de “una crisis en Ucrania alimentada por el apoyo ruso a los separatistas, incluso con armas, material y entrenamiento”, aseguró un portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Pero para el presidente ruso Vladimir Putin es Ucrania “la responsable de esta terrible tragedia” porque no consigue resolver el conflicto con los rebeldes y prosigue sus operaciones militares.
Además de los 154 holandeses, el avión transportaba a 43 malasios -incluidos 15 tripulantes-, 27 australianos, 12 indonesios, nueve británicos, cuatro alemanes, cinco belgas, tres filipinos y un canadiense, según el último informe de la aerolínea publicado este viernes.
La nacionalidad del resto de los pasajeros aún no fue determinada.
La mayoría de las compañías aéreas anunciaron que habían modificado sus trayectos como medida de seguridad, para evitar el sobrevuelo de Ucrania.
Por último, la OSCE y el Consejo de Seguridad de la ONU celebran este viernes reuniones de urgencia sobre el probable derribo del avión malasio.