Un hombre de la policía civil estuvo a punto de gatillar contra un sospechoso que entró en la zona donde estaba la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Dos semanas después de la ceremonia inaugural del Mundial, que fue seguida del partido entre el local y Croacia, se reveló un suceso que pudo haber terminado en tragedia aquel jueves 12 en el Arena Corinthians de São Paulo.
Es que un francotirador de la policía brasileña pidió permiso para efectuar un disparo durante el encuentro, por la presencia de un hombre armado en la tribuna, según publicó el diario Folha de São Paulo.
Un francotirador del Grupo Especial de Rescate de la policía civil identificó a un hombre armado, vestido de policía militar, en la zona restringida cercana al palco en la que estaban la presidenta Dilma Rousseff y varios jefes de Estado.
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