Unos 300 exámenes en promedio de hematología se dejaron de hacer en el laboratorio del Hospital Central Antonio María Pineda, tras agotarse los reactivos.
Hasta el mediodía de ayer alcanzó el reactivo químico necesario para procesar la sangre, luego de que su uso fuese restringido hace un par de meses para estrictas emergencias y personas hospitalizadas.
La suspensión de estas pruebas obliga a los pacientes y sus familiares a realizar una verdadera procesión por laboratorios privados a ver en dónde los estén haciendo, ya que tampoco escapan de esta realidad.
Testigo de ello es Gilberta Agüero, quien tiene a su hermana en cama desde hace dos semanas y a diario debe rondar por varios establecimientos, incluso alejados del Hospital Central porque los más cercanos están en la misma situación.
“Eso implica mucho gasto porque tenemos que ir en ruta o en libre si es muy urgente, más el costo de los exámenes son más de 500 bolívares cada vez”, lamenta la señora.
La presidenta en Lara del Colegio de Bioanalistas, Elena Torres detalla que la falla de reactivos y demás insumos de laboratorio no es solo en los centros públicos, sino que se repite en los privados.
“Antes cuando estábamos en crisis pedíamos prestado a cualquier laboratorio, pero ya eso no se puede hacer porque todos están igual. Los que aún tienen están en estado crítico”, señala la bioanalista.