El secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, afirmó hoy en Río de Janeiro que la organización no quedó satisfecha con el “nivel de servicio y seguridad” durante el primer partido de prueba realizado el pasado domingo en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, sede inaugural del Mundial. EFE
“La FIFA no quedó satisfecha con el nivel de servicio y seguridad. Por eso, llegamos a la conclusión de un segundo evento test”, comentó Valcke en una mesa redonda con periodistas a 20 días de que comience el torneo.
Tras visitar esta semana el Arena Corinthians, sede del partido inaugural entre Brasil y Croacia, el secretario general de la FIFA solicitó a la Confederación Brasileña de Fútbol la realización de una segundo partido oficial antes del Mundial con el fin de poner a prueba los procedimientos de seguridad y operación.
El primero fue realizado el pasado domingo entre el local Corinthians y el Figueirense ante 36.694 espectadores.
Valcke, quien se instaló en Brasil hasta que finalice la competición, insistió en la necesidad de un segundo partido de prueba, aunque precisó que “si no fuese el Itaquerão, como es conocido popularmente el estadio, el local del juego de apertura, tal vez no sería necesario”.
“Es más para Brasil que para la FIFA, pues todo el mundo va a estar mirando al país. Y que las personas puedan decir después, que espectáculo maravilloso”, comentó.
Preguntado sobre las protestas, el secretario general afirmó que los partidos se realizarán “pase lo que pase”.
“Nada tendrá impacto sobre el Mundial. Tal vez sea fuerte decir eso, pero los 64 partidos van a ser realizados pase lo que pase en el país. Esto no es una amenaza, pero sí una responsabilidad, que nosotros, FIFA, tenemos”, afirmó.
Valcke negó que haya una mala relación entre Brasil y la FIFA y dijo que “cualquier relación de trabajo tiene altos y bajos”.
“Tal vez haya dicho algunas palabras equivocadas en algún momento, pero no hay problema entre nosotros”, añadió.