El jefe del ejército tailandés anunció que los militares tomarán el poder el jueves porque lo consideran necesario para restaurar la estabilidad y el orden en el país, tras seis meses de agitación y crisis política.
El general Prayuth Chan-ocha pronunció un discurso que fue transmitido por televisión en el que dijo que la comisión que impuso la ley marcial el martes ahora se hace cargo del gobierno del país.
“Es necesario que el Comando para la preservación del orden y la paz, en el que participan el ejército, la marina, la policía y las fuerzas armadas, tomen el control del gobierno”, dijo Prayuth.
El hecho ocurrió tras dos días de pláticas entre líderes de facciones políticas rivales en los que no se llegó a acuerdo alguno. Las reuniones se celebraron en una instalación militar en Bangkok.
Poco antes de que se hiciera el anuncio vehículos militares tripulados por soldados armados rodearon el edificio, aparentemente para impedir la salida de quienes se encontraban ahí.
Tailandia ha sido presa de una inestabilidad política por más de siete años.
El más reciente periodo de agitación comenzó en noviembre, cuando manifestantes salieron a la calle para pedir la salida de la primera ministra Yingluck Shinawatra, a quien acusaban de ser una marioneta de su hermano Taksin, quien fue derrocado en 2006 por los militares y ahora vive en un exilio autoimpuesto para evitar ser condenado por corrupción.
Las conversaciones que se realizaron en privado en un cuartel del ejército de Bangkok se realizaron tres días después que el general Prayuth Chan-Ocha declaró la ley marcial, ampliando los poderes del ejército y aplicando la censura de los medios. La mayoría de tailandeses observaba las conversaciones con una combinación de escepticismo y esperanza.
Muchas de las principales personalidades del país fueron convocadas para la reunión de los enemigos políticos, algo que era impensable hasta el momento. Incluyeron al primer ministro interino quien se negó a participar en la primera ronda de conversaciones del miércoles pero envió a cuatro representantes en su lugar y el líder de la protesta antigubernamental Suthep Thaugsuban, al igual que al rival de Suthep del grupo progobiernista Camisas Rojas, Jatuporn Prompan.
Las conversaciones del miércoles terminaron sin solución alguna, destacando el desafío que las fuerzas armadas enfrentan al tratar de servir de mediador para poner fin al conflicto.
Prayuth ha destacado que sin la imposición de la ley marcial, los opositores políticos que se negaron a asistir en el pasado nunca hubieran aceptado a reunirse. Al tiempo, los militares insistieron en indicar que no deseaban tomar el poder pero que deseaban actuar para impedir la violencia y restablecer la estabilidad al país profundamente dividido. AP