Cayó la noche y las consignas se escuchaban en los edificios, se mezclaban con el ruido de las detonaciones. Seis horas pasaron y la “Resistencia Palaima” se negaba a sucumbir ante el bombardeo de la Guardia Nacional y el saqueo de los grupos violentos. laverdad.com / Verónica Albarrán
A las 2.00 de la tarde de ayer unos 30 motorizados irrumpieron en el conjunto residencial. Según el relato de los vecinos los grupos armados saquearon cuatro vehículos, atracaron y golpearon a una pareja de esposos. En ese momento inició la reyerta entre los civiles. Los manifestantes de Palaima se armaron con bombas molotov, morteros y objetos contundentes, mientras que el bando contrario disparaba balas.
Una hora después, José Luis Alcalá, director de la Policía Municipal de Maracaibo, ingresó al área de conflicto para dialogar con los miembros de la “Resistencia Palaima”. Del otro extremo de la barricada, motorizados y funcionarios castrenses se preparaban para un nuevo ataque. Primero vinieron las lacrimógenas, luego los perdigones; al cabo de un minuto estaban sitiados por uniformados y civiles armados.
Los jóvenes se refugiaron en los edificios y mientras los efectivos militares ingresaban al complejo habitacional y lanzaban sus municiones antimotines hacía las ventanas de los apartamentos, los colectivos también accesaban junto a la fuerza pública, se dirigieron a los estacionamientos, prendieron fuego a cinco vehículos y causaron destrozos en al menos una docena más.
Los gritos que denunciaban la irregularidad hacían eco en todo el urbanismo. “Es indignante ver lo que están haciendo con nosotros. Los guardias entran con los colectivos. Estos muchacho tienen casi dos meses en protesta, luchando por el país y esta la única forma que consiguen para callar su reclamo es la violencia”, expresó una vecina de la torre dos de Palaima mientras se arrastraba en el piso para evitar ser alcanzada por los proyectiles.
Heridos y detenidos
Durante el enfrentamiento, Fabricio Hernández, vecino de Residencias Palaima recibió una puñalada en la espalda por parte de un integrante de los colectivos. Los funcionarios castrenses detuvieron al joven y lo trasladaron al Hospital Militar junto a su progenitor quien también resultó lesionado en el ataque. Un tercer manifestante fue capturado por los uniformados.
Aproximadamente a las 8.00 de la noche el fuego cesó, sin embargo los colectivos rondaban en caravanas las adyacencias del conjunto de edificios. Representantes del Foro Penal Venezolano lograron ingresar a la zona para iniciar las conversaciones con las autoridades castrenses.
Manuel Graterol, comandante del Core 3 de la Guardia Nacional Bolivariana, ingresó a Palaima con para negociar con los jóvenes en protesta, no obstante, ante la impotencia e indignación expresada por los manifestantes, luego de observar las irregularidades cometidas por los uniformados, no fue posible un diálogo efectivo.
“¿Por qué dejaron pasar a los colectivos?, ¿por qué no hicieron algo para evitar los destrozos y la quema de los carros?”, preguntaban los jóvenes. A lo que Graterol respondió: “Yo no sabía lo que acá estaba ocurriendo, cuando yo llegué ya esto estaba prendido”.
Anarquía
A pesar de que los refuerzos de funcionarios de la fuerza pública no dejaban de ingresar a Palaima y de disparar contra los edificios, los alrededores del conjunto residencial se encontraban totalmente anarquizados. Los grupos violentos se trasladaron hacia la urbanización La Trinidad, saquearon apartamentos e incendiaron cuatro vehículos.
Efectivos de Polimaracaibo lograron ingresar al conjunto residencial y controlar la situación. 14 personas fueron capturadas por el cuerpo policial durante los saqueos. Parte de los artículos robados lograron ser recuperados por la policía municipal, entre ellos un vehículo.
Durante los hechos violentos en La Trinidad un hombre identificado como Enderson Bravo, quien presuntamente sometió a una joven para violarla, resultó gravemente herido al recibir un golpe en la cabeza con un bloque.