Considera el parlamentario que se trata de una provocación a que se exacerben aún más los ánimos, de quienes exigen respeto ciudadano, derecho a expresarse libre y pacíficamente, el fin de la criminalidad, justicia para los caídos y heridos en torno a las manifestaciones, libertad plena para todos los judicializados por la protesta – incluido Leopoldo López – y sobre todo el compromiso del gobierno de no aplicar a la fuerza un modelo político y económico que ” no sólo está por fuera de la constitución, sino que además ha traído ya por consecuencias, pérdida de producción, destrucción de la moneda y del poder adquisitivo, inflación y la agobiante escasez”.
” Es muy sospechosa la provocación, porque va acompañada de una insistente sordera frente a las voces que protestan, y viene a complementar las amenazas de ataques fulminantes escritas por el gobernador de Carabobo y las leídas por el presidente de la Asamblea Nacional en la última sesión del cuerpo legislativo, referenciando la disposición a una trágica confrontación entre venezolanos. Ellos saben que sus discursos y las probadas incursiones de grupos paramilitares que han hecho fuego contra el pueblo, más que terror, están indignando y subiéndole la temperatura a los reclamos populares”.
Rodríguez cree que el gobierno podría estar creando condiciones para victimizarse y eludir sus exclusivas responsabilidades al momento de que la inviabilidad de su gestión sume a todos los sectores de la sociedad a la protesta, ” incluso quienes ahora les siguen manifestando simpatías”.
“Pareciera que estos ingenieros, a los que se les está a punto de caer un mamotreto de 15 años de edificación, prefieren decir que no se les cayó la estructura, sino que se la tumbaron. Y luego querrán aparecer como salvadores diligentes, que a su estilo significaría mayor represión y violencia que podría, por las amenazas proferidas por Maduro, llegar a extremos de un fratricidio”.
Insiste el legislador en que las manifestaciones actuales son reacción a las “barricadas” impuestas por el gobierno al derecho de los venezolanos a una vida segura, en paz, en justicia y con posibilidades de progresar. Por lo que – añade- la familia venezolana espera rectificación, en vez de diálogos dirigidos por quienes parecieran decretar que ” la paz depende de que te la cales, y si no te la calas habrá plomo contra ti. Y la gente ya no se la cala más. Llegó la hora de que el gobierno lo entienda”.