La decisión del Ejecutivo de implementar una “tarjeta de abastecimiento seguro” para la adquisición de productos en las redes públicas, abre una nueva página en la política económica nacional, pues a decir de los economistas, lejos de implementarse medidas que permitan revertir la escasez, la propuesta institucionaliza el racionamiento en el país.
El Tiempo/Andreína Vargas
El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, fue enfático al decir “no importa cómo lo llamen, el gobierno establece una tarjeta de racionamiento a las compras en las redes públicas, producto de la escasez (…) nadie puede sentirse orgulloso de un modelo que debe adornarle mensajes a la población para decirle que no puede comprar lo que necesita”.
De acuerdo al jefe de Estado, Nicolás Maduro se trata de “un sistema con una tarjeta bancaria electrónica para garantizar la satisfacción de todas las necesidades de las familias que trabajan, que permita acabar con los especuladores y bachaqueros”.
Sin embargo, León consideró que “el principal contrabando de extracción no viene de las compras individuales en Mercal y Pdval. Son gandolas que pasan por la frontera”.
Para el economista Ángel Alayón, llegó la hora de darle la bienvenida al “racionamiento del siglo XXI”. Sostuvo que “las causas del problema de escasez no son los especuladores y los bachaqueros, sino el modelo económico y sus políticas generadoras de escasez”, tales como los controles de precio y cambio.
El primero frena la producción local al no reconocer los costos de producción en un entorno con una inflación anualizada hasta enero de 56,3%, mientras el segundo restringe el acceso a las divisas en un país dependiente de las importaciones.
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