Actualmente más del 60% de la población mundial no realiza actividades físicas, y no se trata solo de hacer ejercicios, porque actividad física se considera incluso el caminar diario de las personas para ir de un lugar a otro. Por diversos factores nos movemos menos, y esto favorece el desarrollo de obesidad, problemas cardiovasculares, debilidad ósea y muscular. Así lo expresa La Dra. Mariela Berrisbeitía, médico ocupacional y Miembro Fundador de la Sociedad Científica Venezolana de Obesología.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que el aumento de la presión arterial, el consumo de tabaco, el aumento de la glucosa sanguínea, la inactividad física y el sobrepeso y la obesidad son los cinco principales factores de riesgo que causan enfermedades no transmisibles o crónicas, y llevan a la muerte a millones de personas en todo el mundo.
A la inactividad física se le atribuye el 6% de las muertes, y las principales enfermedades en las cuales incide son: enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes.
Algunos estudios manifiestan que se puede aumentar 3 años de vida al realizar actividad física y si se es inactivo disminuir hasta 5 años, por ello la Dra. Berrisbeitía indica que una estrategia que los médicos deben emplear es recetar ejercicio. “Todos los especialistas debemos indicar como tratamiento o esquema en el récipe la actividad física. Para los adultos entre 18-64 años de edad, se recomienda mínimo 150 minutos semanales de actividad moderada, o 75 minutos de actividad vigorosa”.
Cualquier movimiento del cuerpo producido por los músculos y que genere gasto de energía se considera actividad física. “Subir las escaleras y no usar el ascensor, estacionar un poco más lejos, caminar en la casa, son actividades muy sencillas que se pueden hacer todos los días”, recomienda la especialista a sus pacientes quienes tienen como excusas la falta de tiempo, dinero o la inseguridad.
La actividad física regular puede reducir:
– La mortalidad y el riesgo de cáncer de mama recurrente en aproximadamente un 50%.
– El riesgo de cáncer de colon en un 60%.
– El riesgo de desarrollar Alzheimer en aproximadamente un 40%.
– La incidencia de enfermedades del corazón y la presión arterial elevada en un 40%.
– El riesgo de ACV en un 27%.
– El riesgo de desarrollar diabetes tipo II en un 58%.