El presidente Nicolás Maduro superó el test en las municipales del domingo en Venezuela, pero enfrenta el reto de resolver los problemas de inflación y escasez al iniciarse un período de 20 meses sin elecciones, el período mas largo sin ir a las urnas en la historia del chavismo.
Por Jordi MIRO -AFP
El heredero político de Hugo Chávez salió reconfortado tras estos comicios, con más de medio millón de votos de ventaja sobre la oposición y ganando 196 de los 257 municipios escrutados hasta el domingo por la noche, según los últimos datos difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Sin embargo, la oposición logró retener las dos “joyas de la corona”, la supra alcaldía metropolitana de Caracas y de la petrolera Maracaibo, segunda ciudad del país, a las que sumaron otros grandes distritos: Valencia, Barquisimeto y la ultrasimbólica Barinas, tierra natal de Chávez.
Maduro, un ex conductor de autobús que creció a la sombra del fallecido líder Hugo Chávez, tiene de momento su próxima cita con las urnas en septiembre de 2015 cuando se renueve el legislativo unicameral, en el cual el gobierno tiene actualmente tres quintos de los curules.
“Maduro cogió aire, pero ¿qué pasa ahora que no hay elecciones hasta septiembre de 2015, algo insólito en el chavismo? Le toca gobernar un país con serios problemas económicos, y la paradoja es que el menú de medidas que implicarían poder solventar la situación económica van en contra del legado de Chávez”, explica a la AFP el sociólogo Ignacio Ávalos.
Entre las medidas que podría tomar el presidente figura una nueva devaluación del bolívar, que aliviaría las finanzas del gobierno pero presionaría al alza la ya pesada inflación -de 54,3% interanual, la más alta de América Latina-, o el establecimiento de un tercer mecanismo cambiario, lo que supondría una devaluación implícita.
El efecto plasma
Tras conocer los resultados electorales, el mandatario anunció nuevas acciones en los sectores inmobiliario y alimenticio como parte de su “guerra económica” contra “la especulación y el capitalismo”, que inició a pocas semanas de estos comicios, con rebajas forzosas de precios hasta ahora en electrodomésticos, coches y alquileres comerciales, entre otros, y límites a las ganancias.
“Vamos con fuerza, (estén) pendientes”, dijo Maduro, quien hace un mes dispone de superpoderes para gobernar por decreto y, según los textos del gobierno, “blindar el orden economico de transición al socialismo”.
Y prometió profundizar su lucha anticorrupción, algo que la oposición -cuyos miembros principales, entre ellos Capriles, han sido amenazados- denuncia como una “caza de brujas” en su contra.
“El reto de Maduro en el futuro es cómo pasar del impacto efectista de sus medidas (que le ayudó en campaña) a resolver los problemas de verdad”, escribió en su cuenta de Twitter el economista Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
“Si bien Maduro cruzó una frontera radical, no es descartable que veamos algunas acciones más permeables para atender la crisis que sigue ahí”, agregó en referencia a los estrictos controles de precios y de cambio sobrevaluado que rigen en el país desde 2003, para muchos la base de los desequilibrios actuales pues fomentan la importación en detrimento de la producción nacional.
Encuestas privadas a las que tuvo acceso la AFP habían anticipado que las medidas populistas tomadas por Maduro, que empezaron con la rebaja forzosa de precios de hasta el 70% en electrodomésticos, lograron frenar la caída de la intención de voto de los candidatos oficiales e incluso revertir la tendencia.
“El chavismo y Maduro pueden estar contentos. Se ganó en diferencia de votos respecto de las presidenciales. Maduro se fortaleció en el interno del chavismo, pero está claro que eso se debe en parte al efecto plasma (por la rebaja de precios de televisores). No se pueden llamar a engaño”, explica Ávalos.
“Eso es parte del legado de Chávez, en cada elección se sacaba un conejito del sombrero. En su última elección fue la Misión Vivienda”, un gigantesco programa social para construir centenares de miles de viviendas subsidiadas, agrega.
Del éxito de las políticas económicas que aplique Maduro dependerá si la oposición puede avanzar en planes para llamar a una consulta popular revocatoria de los mandatos legislativos, poder en el cual el gobierno hoy tiene mayoría y cuyos mandatos vencen en 2015. AFP