La política de “saqueos controlados” del régimen de Nicolás Maduro ha mejorado la popularidad del chavismo en las últimas semanas y los analistas ahora advierten que las elecciones municipales del domingo tendrían un reñido resultado en vez de la cómoda victoria esperada por la oposición, reseña El Nuevo Herald.
Antonio Maria Delgado
[email protected]
Los economistas coinciden en que la estrategia populista de obligar a los comerciantes de recortar los precios bajo amenaza de arrestarles o permitir que el populacho saquee sus negocios luce como una bomba de tiempo económica que profundizará la ya aguda escasez de productos a la vuelta de pocas semanas.
Pero es indudable que la maniobra por el momento le ha brindado réditos políticos, permitiéndole recuperar la confianza de parte de un electorado chavista que se mostraba desanimado tras el fallecimiento del ex presidente Hugo Chávez a inicios de año.
“Nicolás Maduro está logrando que renazca la confianza en muchos chavistas que creían que, sin Chávez, el chavismo no tenía futuro”, advirtió Jesús Seguías, presidente de la encuestadora Datin Corp, en un correo electrónico enviado a El Nuevo Herald.
El elector chavista “está percibiendo que Maduro tiene tanto guáramo [arrojo] como Chávez, [y] el despliegue del músculo oficial contra la especulación está fortaleciendo el liderazgo de Maduro dentro del chavismo”, agregó.
Datin Corp fue una de las pocas encuestadoras venezolanas que pronosticaron que las elecciones presidenciales de abril entre Maduro y el candidato de la oposición Henrique Capriles sería definida por un margen muy estrecho.
Y la encuestadora vaticina que el escenario es el mismo para los comicios del domingo.
“Puede repetirse el escenario polarizado [de las elecciones] del pasado 14 de abril, cuando el chavismo y la oposición se dividieron el país en partes iguales”, aseguró Seguías.
Unas 335 alcaldías estarán en disputa en las elecciones del domingo, en una jornada que deberá servir de termómetro sobre el estado actual de la correlación de fuerzas entre el chavismo y la oposición.
Maduro venía perdiendo aceleradamente el respaldo de los sectores populares antes de que iniciara su ofensiva contra los comerciantes del país.
Según una encuesta divulgada en octubre por la firma Fortuny, Guzman & Asociados, el 56 por ciento del estrato más bajo de la población consideraba que la ineficiencia de Maduro y de su gobierno era parcialmente responsable de la grave crisis económica en el país.
La encuesta también develó que el 56 por ciento de la población venezolana (medición que incluye todos los estratos sociales) consideraba que la gestión de Maduro no era buena, con un 22 por ciento calificándola de “muy mala”, un 20 por ciento de “mala” y un 16 por ciento de “regular a mala”.
La popularidad de Maduro estaba siendo afectada por los embates de una de las más severas crisis económicas en la historia del país propiciada según los economistas por la insostenibilidad del proyecto político-económico emprendido por el chavismo.
La nación petrolera está en vías de cerrar este año con una tasa de inflación superior al 55 por ciento, la que podría terminar siendo la más alta del mundo.
La ofensiva contra los comerciantes está siendo percibida como una medida decisiva contra la especulación y el alto índice de inflación por buena parte del elector chavista, cuya gran mayoría muestra un bajo entendimiento del natural comportamiento de la economía.
Pero los expertos coinciden que la estrategia solo brindará un efecto de alivio de corta duración y que en realidad solo servirá para acelerar el proceso de descomposición económica que ya aflige a Venezuela.
“Esto sin duda alguna se va a traducir en una mayor escasez”, vaticinó Pedro Palma, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
“Todas estas ventas masivas de productos a menores precios están propiciando a que la gente salga desesperada a comprar cualquier cosa que le ofrecen a un menor precio, eso va a generar un rápido agotamiento de los inventarios, que ya se están agotando, y cuando lleguen los días navideños y la gente pretenda salir a comprar, ya no habrá productos que comprar en los comercios”, sostuvo.
Entre los opositores, las medidas de Maduro están generando emociones encontradas, señaló Seguías.
“Unos decidieron reafirmar su determinación de ir a votar, mientras que otros se sienten desmoralizados y están optando por abstenerse. Esta abstención entre los opositores, más que la recuperación del chavismo, es justamente su mayor amenaza. Es lo que pone en peligro algunas alcaldías”, advirtió.