Fedecámaras afirmó que los empresarios del país deberían ser tratados como héroes por producir bajo lo que describió como un contexto económico adverso, marcado por una alta inflación y escasez de materias primas para producir.
“De la única enfermedad que padece el empresariado es de heroísmo. La verdad que seguir subsistiendo bajo las condiciones adversas que hemos tenido en estos momentos, lo único que se le puede decir a los empresarios es que son unos héroes”, dijo en una rueda de prensa el presidente de Fedecámaras, Jorge Roig.
De este modo, el dirigente rechazó que el empresariado sufra “la enfermedad del cadivismo”, como se ha denominado en Venezuela a la práctica de especular y pedir dólares preferenciales a la estatal Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).
Roig negó además que los empresarios estén detrás de la “guerra económica” denunciada reiteradamente por el presidente del país, Nicolás Maduro, quien ha acusado a los principales gremios empresariales: Fedecámaras, Consecomercio y Venamcham, del desabastecimiento de productos.
Para el dirigente empresarial, ha habido “una campaña de ataques” contra los empresarios, a los que le acusa, dijo, “de ser los artífices de una guerra económica que desconocemos y en la cual negamos tener cualquier participación”.
En su opinión, el Gobierno es el responsable del desabastecimiento de bienes básicos que sufre la economía, pues controla el grueso de la producción de las materias primas y la cadena de comercialización de los alimentos.
“No hay ningún gramo de alimentos que se mueva en el país sin que el Gobierno lo tenga controlado”, dijo, haciendo referencia al estatal Sistema Integral de Control Agroalimentario, con el que se controla el recorrido de los alimentos desde que llegan a los puertos o salen de las fábricas a los centros de distribución.
“Esto de por sí niega cualquier tipo de acaparamiento porque el Gobierno sabe absolutamente cada movimiento que hay en los alimentos”, añadió.
El dirigente empresarial consideró que la salida a esta situación pasa por el “desmontaje progresivo del sistema de control de cambios” y por reformas a una ley laboral que garantiza la inamovilidad de los trabajadores, entre otros puntos.
“Nuestro planteamiento es que no se está produciendo en el país lo suficiente para atender las necesidades del pueblo venezolano”, dijo, hecho por el que también responsabilizó al Ejecutivo.
El Gobierno venezolano ha acusado reiteradamente a la oposición y al empresariado de llevar adelante una guerra económica en su contra, asegurando que esa es la causa principal para los problemas de, entre otros aspectos, el desabastecimiento que vive el país, una situación crónica que se ha agudizado en los últimos meses.
Al desabastecimiento se suma una inflación que a septiembre se acercaba al 40 %, un lento crecimiento económico y una brecha cada vez más amplia entre el dólar oficial y el paralelo. EFE