Destrozan productos en supermercado de Zulia

Destrozan productos en supermercado de Zulia

Un grupo de compradores, señalados de adquirir “dos y tres veces”, intentó sacar productos comestibles a la fuerza. Destrozaron productos de aseo personal en escaramuza por tener harina, pasta y arroz.  Rompieron los productos colgados de aseo personal mientras otros intentaban agarrar la comida

Por Yasmín Ojeda Ruiz / Maracaibo / [email protected]

“Se formó un desorden. Los trabajadores del supermercado se vieron obligados a llamar a los cuerpos policiales”, relató apurado Argenis Mieres en medio de un tumulto de gente que esperaba comprar cuatro kilos de harina precocida, pasta y arroz tras un intento de saqueo en una cadena de venta de alimentos.





Mieres salió corriendo desde la puerta del automercado de La Limpia para decir a La Verdad que “hasta los policías salen con comida y luego dicen que no hay” tras la trifulca que se presentó ayer a las 10.00 de la mañana por la venta de productos regulados y que ameritó la actuación de la Guardia Nacional.

Aseguró que reinó la confusión. “Hay personas que quieren comprar dos y tres veces, como hay otras que están en la cola y tienen que esperar igual. Siempre es el mismo problema: hay desorden”, resaltó. La causa fue que los compradores que estaban se alteraron y se paralizaron las ventas.

Amile González, compradora, temblaba al salir. Secaba el rostro sin parar su relato: “Los niños corrían. Se acabaron los productos regulados y pasó todo. Bajaron la santamaría y la gente pateaba las puertas”.

Dijo que en la escaramuza varias personas “cayeron en los anaqueles” más cercanos a la entrada. “Rompieron” los productos colgados de aseo personal mientras otros intentaban agarrar la comida. “Mi mamá se asustó cuando pateaban la puerta para entrar”, recordó la joven embarazada.

Muy cerca de González, ya los funcionarios militares tomaban el control y la seguridad de las instalaciones y los policías del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia se retiraban en medio de críticas de usuarios que les señalaron de “sacar” rubros.

Un castrense exigió despejar la entrada del automercado para reorganizar las ventas. “(Los trabajadores) están contando lo que se rompió”, le explicaba a una anciana formada en cola de personas de tercera edad. González miraba a la espera de su madre, que pagaba en la caja.

“Se acabaron los productos y no es culpa de los trabajadores. Los pocos que hay son porque la gente que entró se quedó esperando a los familiares. Pero el guardia les dijo que no podían hacer eso”.