“Tengo una apariencia agradable, soy divertida, me gusta salir, estar en casa, el cine, comer bien… ¿No entiendo qué tengo de malo? ¿Por qué estoy sola?”, se pregunta la supermodelo israelí en una larga entrevista que publica hoy el suplemento de fin de semana del diario Yediot Aharonot.
Rafaeli, de 28 años y que estos días está en Israel para la grabación de un nuevo programa de la televisión local que dirigirá, siente que la mayoría de los hombres temen salir con ella, a pesar de tener incontables amigos y amigas… “y un montón de dinero”.
“Yo nunca digo no cuando me ofrecen salir con un chico, incluso si existe el riesgo de que no me guste seguro que aprenderé algo de él”, señala en una entrevista en la que se sincera sobre los aspectos más íntimos de su vida, como el haber llorado a destajo por ver a su ex, Leonardo Di Caprio, con Blake Lively tan sólo dos semanas después de dejar su relación con ella.
De él dice también que no hubo entre ellos una “verdadera relación”, porque aunque viajaban mucho nunca tuvieron la oportunidad de convivir durante un tiempo prolongado en un mismo hogar.
Recogida entonces por su madre y agente, Tzipi, a la que describe como “su mejor amiga”, reconoce que su aspiración es tener hijos, o por lo menos así lo siente “cada vez que ve a un niño poner la cabeza en el hombro de su madre”.
Y asegura, frente al temor de algunos hombres, que no se siente “para nada feminista”.
“No estoy dispuesta a que él me friegue los platos, yo soy la que hará eso y la que limpiará… y yo soy la que se quedará en casa con los niños”, subraya.
Sobre las cualidades del que describe como “amor de su vida” agrega que quiere alguien “al que pueda ver un poco desde abajo” y que sea para ella “un ejemplo a seguir, alguien por el que sienta admiración”. EFE