Los musulmanes de todo el mundo celebraron el martes la festividad de Eid al-Adha, la principal del calendario islámico, en la que sacrifican ovejas, cabras y otro ganado para repartir carne entre los pobres.
En Arabia Saudí, unos dos millones de musulmanes en la peregrinación anual practicaron un rito en el que apedrean la representación del demonio. Posteriormente se afeitaron la cabeza —o se cortaron un mechón— para manifestar la renovación de su fe y la purificación de sus almas.
Los ritos dieron comienzo a las festividades de Eid al-Adha, o festival de sacrificios. Conmemora la disposición del profeta Ibrahim —o Abraham, como se conoce en la Biblia— a sacrificar a su hijo según la voluntad de Dios, aunque al final Dios le da una oveja para que sacrifique el animal en vez del muchacho.
Las comunidades musulmanas en el mundo conmemoraron la festividad el martes. Los fieles sacrificaron ovejas y otros animales. Distribuyeron parte de la carne a los pobres y el resto fue para una cena familiar. La festividad, que dura de tres a cuatro días, es una ocasión para celebraciones y paseos familiares, en que los padres suelen comprar ropas nuevas para sus hijos.
Los peregrinos en Arabia Saudí repiten la pedrea ritual al demonio en el valle de Mina durante dos o tres días más y después completan su peregrinación en la ciudad de la Meca, donde dan vuelta alrededor de la Kaaba, la estructura en forma de cubo que se cree fue construida por Adán y reconstruida por Ibrahim para reflejar la morada de dios en el paraíso. La Kaaba es el sitio más sagrado del Islam y los musulmanes en todo el mundo dirigen la mirada en su dirección en sus oraciones diarias. AP