Probablemente lo primero que pensamos al oír la palabra “exhibicionismo” es en un hombre usando solamente una gabardina y mostrándose impúdicamente por la calle; pero el exhibicionismo, como muchos otros recursos para explorar nuestra capacidad de erotizarnos (y erotizar al otro) puede ser divertido y estimulante si sabemos lo que estamos haciendo, y sobre todo, si no rebasamos la línea del respeto a los demás.
Primero, ¿qué entendemos por exhibicionismo? Desde el siglo xix el mostrar partes del cuerpo en un espacio público era considerado signo de enfermedad mental, cuando no de demencia. Pero la cultura cambia: si una mujer mostraba las rodillas a principios del siglo xx, el juicio social caía sobre ella. Durante los 60 mostrar los senos fue una forma de protesta, como sigue siendo en nuestros días, llevando el cuerpo a la arena de la negociación política.
Según el observador y el contexto, el exhibicionista es el que se muestra desnudo (totalmente o en parte) para generar una reacción, probablemente de rechazo, o simplemente de auto satisfacción. Vivimos en una época exhibicionista por excelencia: en redes sociales, nuestra imagen es exhibida, promovida, e incluso evaluada por otros, así que en sentido amplio somos una cultura de exhibicionistas y voyeuristas, pero no todos lo hacen por las mismas razones, e incluso estas razones no son siempre de orden sexual.
Por ejemplo, existen varios tipos de exhibicionismo. Uno de los más comunes es el flashing, como lo que vemos en las imágenes del Mardi Gras de Nueva Orléans, cuando las mujeres levantan sus playeras para exponer sus senos a la multitud, al igual que los concursos de playeras mojadas (tal vez debamos dedicar otro espacio para discutir estas prácticas como sexistas, pero sin duda hay un factor de erotización propia al mostrar tu cuerpo para excitar a otros.)
El mooning consiste en mostrar el trasero. Si lo hace un hombre tiene que ver con una provocación graciosa (piensen en los partidos de futbol), y es una forma de exhibicionismo sin una fuerte carga sexual.
Sin salir de la cancha de juego, el streaking es otra forma de exhibicionismo que consiste en desnudarse y correr en público como si no hubiera mañana. Cabe mencionar que es ilegal en muchos lugares del mundo, y su atractivo radica en el shock que puede generarse en el otro al ser el centro de atención, sin que esté involucrada necesariamente una connotación sexual.
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