El Senado, de mayoría demócrata, retoma sus tareas a las 18H00 GMT y se espera que rechace un proyecto de presupuesto aprobado en la madrugada del domingo por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana.
Las negociaciones vuelven así al punto de partida, a pocas horas del comienzo del ejercicio fiscal de 2014.
Para una mayoría de los estadounidenses (46%), un eventual cierre parcial de las oficinas públicas sería responsabilidad de los republicanos, mientras que un 36% la atribuye al gobierno de Barack Obama, según un sondeo de CNN/ORC International publicado este lunes, con un margen de error de 3,5 puntos porcentuales.
Wall Street abrió en neta baja este lunes, afectada por la posibilidad de que los congresistas no logren un acuerdo a tiempo: el Dow Jones perdía 0,79% y el Nasdaq 1,20%.
La propuesta republicana “es una extorsión, no un compromiso”, declaró el senador demócrata Charles Schumer este lunes a la cadena MSNBC. “No somos nosotros quienes queremos cerrar”, se justificaba por su parte la representante republicana Marsha Blackburn en CNBC.
Sin la adjudicación de nuevas partidas, las agencias del gobierno federal tendrán que licenciar sin goce de sueldo a más de 800.000 empleados no esenciales, reduciendo a un mínimo la gestión de la administración, algo que el presidente Barack Obama calificó de “automutilación” en su mensaje semanal del sábado.
Un desenlace para evitar la parálisis podría tener lugar antes del plazo de medianoche, pero pocos creen que eso sea posible.
“Sabemos lo que va a pasar, (el lunes) el Senado volverá a sesionar. Y la posición de la Cámara (…) será rechazada, y nos encontraremos frente a la perspectiva de una detención de la operativa del gobierno a la medianoche del lunes, en la mañana del martes”, dijo el domingo el senador demócrata Richard Durbin a la cadena CBS.
La Cámara de Representantes adoptó un proyecto de presupuesto hasta el 15 de diciembre para negociar en ese plazo un presupuesto para todo el año fiscal 2014.
Pero, bajo la presión de los representantes ultraconservadores del Tea Party, se añadieron dos enmiendas al texto: postergar por un año la aplicación de la reforma de salud impulsada por Obama, y la eliminación de un gravamen sobre los equipamientos médicos creado por esa norma.
Una provocación, según los senadores demócratas, que se niegan a tocar una de las mayores reformas del primer mandato de Obama.
Batalla por la opinión pública
En abril de 2011, una confrontación similar fue resuelta apenas una hora antes de que venciera el plazo con un acuerdo de financiamiento del Estado de siete días.
Ante la eventualidad de la primer parálisis del Estado federal desde 1996, cada parte intentó el domingo ganar preventivamente la batalla de la opinión pública.
“Es el presidente quien dice que cerrará el Estado federal si no le damos todo lo que el quiere sobre el ‘Obamacare'”, dijo el senador republicano Rand Paul a CBS, en alusión a la reforma de la salud.
“Para mí, ello revela la intransigencia del presidente, que se niega a todo compromiso”, agregó.
“La estrategia de tensar la cuerda del presidente de la Cámara (John) Boehner no busca evitar un cierre del Estado federal, es únicamente un subterfugio para culpar a otros, pero eso no va a funcionar”, dijo el Senador Schumer.
Pero Kevin McCarthy, representante republicano de la Cámara baja, dio a entender el domingo que los republicanos preparaban un nuevo plan de rescate.
“Creo que la Cámara se va a reunir y enviar otro texto para evitar un cierre y financiar al Estado federal, y habrá algunas otras opciones para que examine el Senado”, dijo McCarthy a Fox News, sin dar más detalles.
AFP