La viabilidad de una gestión municipal de excelencia, pasa por tener una visión estratégica de desarrollo, adecuada a la realidad territorial y que respete al medio ambiente, pero que también parta de un diagnóstico acertado de los problemas y sus orígenes, de manera que se diseñen las políticas públicas pertinentes que permitan dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos. Con ese marco se establecen las prioridades correspondientes y se articula el programa de gobierno que se presentará a los votantes como oferta electoral, para que ellos puedan evaluar la calidad y profundidad de las propuestas sometidas a su consideración y puedan entonces decidir con más criterio su voto.
Pero, cuando se accede al poder se debe dar absoluta prioridad al marco de la planificación, como guía fundamental de la gestión de gobierno. Así, contar con un PDUL, con un plan de desarrollo local, con un presupuesto participativo, es estratégico para poder determinar claramente el rumbo y los objetivos de la alcaldía de manera que esto sea compartido por todos los integrantes del gobierno municipal. Al inicio del período se debe someter a consideración de la honorable Cámara Municipal el cuerpo de ordenanzas que le den piso jurídico a la gestión gubernamental. De seguidas se debe asegurar la viabilidad financiera del municipio para poder darle respuesta a los ciudadanos en la solución de sus problemas; sin embargo todo lo anterior no será suficiente sino fortalecemos el músculo con que queremos lograr la transformación del municipio.
En el caso de la Alcaldía de El Hatillo los problemas que confronta el órgano de gobierno municipal son de tal magnitud, que ésta debe ser intervenida a los fines de darle un vuelco a la efectividad de la gestión. Comenzando por realizar una innovación institucional, o sea, una reingeniería de la estructura organizativa, para racionalizar el número de direcciones de la alcaldía, consolidando sectorialmente la estructura organizativa, definiendo adecuadamente el rol y la adscripción de los institutos y servicios autónomos, así como de las fundaciones, estableciendo niveles en la jerarquía que permitan el ascenso del personal en la carrera administrativa. A esto hay que añadirle que hay que evaluar los procedimientos de manera que se eliminen los reprocesos, retrabajos, desperdicios, nudos, trabas y requisitos innecesarios, con el fin de simplificar y hacer más fluidos los trámites.
A continuación es necesario sistematizar las actividades de la alcaldía elaborando el sistema de manuales que permita normalizar los procesos, optimizar los procedimientos y formularios, mejorando la toma de decisiones y evitando la improvisación. Simultáneamente se debe iniciar un proceso de automatización intensiva de las actividades manuales y de actualización de sistemas ya obsoletos, a la par que se debe lograr que los trámites que los ciudadanos deban hacer ante la alcaldía se puedan realizar vía internet y que estos tengan acceso a información, de manera de asegurar la transparencia.
Al gobierno digital y abierto, debe seguirle el gobierno en redes, lo que implica interconectar las diferentes direcciones de la alcaldía, de manera que de forma automática se logre la coordinación de las acciones que se vayan a emprender en la solución de los problemas comunitarios. Pero también gobierno en redes significa que cada empleado de la alcaldía se constituya en ojos y oídos del gobierno municipal, para anticipar soluciones. Una fortaleza deseable, aunque no interna, es logar que la Asociación de Comerciantes de El Hatillo vuelva a conformarse, porque es mejor la solución que proviene por vía interinstitucional. Los vecinos están organizados, toca a los comerciantes hacerlo.