Sin disparar una bala desalojaron anoche la Cárcel Nacional de Maracaibo. La que hizo historia por sus balaceras diarias, los delitos planificados a un milímetro de la perfección, el liderazgo que los reclusos impusieron ante la autoridad del Estado. Los prames entregaron sus armas y se pusieron a disposición de las autoridades penitenciarias, publica La Verdad.
Por Ana Karolina Mendoza / Maracaibo / [email protected]
“Se entregaron, se entregaron. Me lo van a matar”. La madre de Endry Benito Chourio Atencio (28), alias “Pepito”, y -quien fuera hasta anoche- segundo líder criminal de Penal, Máxima y Patio, anunció a gritos lo que se temían. Él y su jefe, Edwin Soto (30), conocido como el “Gran Pram” y “Mocho Edwin”, entregaron su arsenal a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
El llanto fue un efecto dominó en las madres y parejas de los reclusos que quedaban en la Cárcel Nacional de Maracaibo a las 8.05 de la noche. El “Mocho Edwin” abría y cerraba la puerta roja, la principal de Sabaneta, y sacó de a poco a los 387 visitantes -entre mujeres, hombres y niños- que pernoctaban desde el domingo. Primero salieron los de Procemil-Policías y luego los de Penal, al cierre de esta edición continuaban los traslados.
Entretanto al menos 240 reos de Procemil se embarcaban en seis unidades del Ministerio de Asuntos Penitenciario que salieron por un costado de La Modelo. Las mujeres corrieron por un callejón del barrio San Pedro que desemboca frente a ese portón. Lloraban, se arrastraban hacia la carretera. “¿Pa’ dònde los mandarán? Pa’ Barinas, pa’ Uribana. Si no tenemos cobres pa’ visitarlos muy seguido aquí cómo será lejos”, decía la madre de un recluso, de 22 años, procesado por robo. La pareja de otro expresaba entre sollozos: “Así sea pa’ Pekin lo vamos a ver”.
La visita que dormía en Penal la sacaron a las 9.00. Media hora después de que Jairo Ramírez, secretario de Seguridad y Orden Público. Dos unidades de la Policía científica se apostaron frente al recinto, detrás de las cuatro tranquetas de la GNB.
Se entregaron
Los primeros en entregarse fueron el “Guever”, pram de Reeducación, y Róbert López, de Calabozo. Estos conversaron supuestamente con “Mocho Edwin” en la tarde y acordaron que no correría más sangre en los pisos de Sabaneta.
“‘El Mocho’ se va a entregar en la madrugada”, aseguró la novia de un recluso de Penal, de 19 años, que salió junto con los otros 386 visitantes. Pero su declaración propició especulaciones que pintaban dos escenarios: la salida del “Gran Pram” esposado y cabizbajo o el tan temido enfrentamiento entre los líderes criminales y la GNB dentro de Sabaneta.
A pesar de la incertidumbre por los traslados, los cientos de familiares y amigos que durante tres días durmieron y pasaron sol frente a Sabaneta, respiraron un tanto de tranquilidad al confirmar por los allegados al “Mocho Edwin” que se había entregado tras conversar con la ministra Iris Varela. Lo enviarán a Tocorón. Sabaneta queda sombría y silente.
Para hoy se espera que el Gobierno recorra todo el penal en búsqueda de armas