La fotógrafa Jill Peters realizó una serie fotográfica de nombre Sworn Virgins of Albania (“Vírgenes juradas de Albania”), la cual es a la vez un documento etnográfico y retrato de un tipo social propio de esa región del mundo que está próximo a desaparecer. Reseña PijamaSurf
En las montañas al norte de Albania la diferencia entre hombres y mujeres sigue siendo brutal: la libertad para votar, conducir un auto, tener un negocio, ganar dinero, y otras actividades propias de las sociedades modernas como fumar, beber, decir grocerías, poseer un arma o usar pantalones. Peters explica que las mujeres son canjeadas en matrimonios arreglados a muy corta edad, en ocasiones con hombres mucho mayores que ellas.
La única alternativa a una realidad asfixiantemente masculina es literalmente disfrazarse de él. Las mujeres que se plantean algo más que ser la esposa de un anciano se convierten en vírgenes juradas, o “burneshas”. Como las antiguas sacerdotisas de Diana, las burneshas adoptan conductas masculinas no sólo en su apariencia y comportamiento diarios, sino que en ocasiones cambian su nombre; lo más importante en la transformación a burnesha es el voto de castidad al que deben someterse tradicionalmente.
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