Cinco de los seis estadios aún por terminar para el Mundial de fútbol de Brasil-2014 cuentan con un cronograma “apretado” para cumplir el plazo de entrega impuesto por la FIFA, el 31 de diciembre, admitió el ministro de Deportes Aldo Rebelo.
“Tenemos condiciones de cumplir los plazos pero es necesario destacar que eso va a exigir un ritmo mayor de las obras en relación al ritmo actual”, indicó Rebelo en una audiencia con senadores el martes.
El Mundial se jugará en 12 sedes. Seis estadios fueron entregados para la Copa Confederaciones y los otros seis deben estar terminados para finales de diciembre. La FIFA ha sido clara en que no aceptará atrasos en el cronograma.
De los estadios aún por entregar, el de Sao Paulo, sede del partido de apertura del torneo, es el que está más avanzado con más de 80% de las obras concluidas, precisó Rebelo, citado por la estatal Agencia Brasil.
“Los otros están en un plazo más apretado (…). Necesitamos de una aceleración general”, lanzó el ministro.
Según el portal del gobierno brasileño para la Copa del Mundo, este es el avance de las obras en los estadios: Cuiabá (80,26%), Curitiba (71,4%), Manaos (76,18%), Natal (78,25%), Porto Alegre (74%) y Sao Paulo (82%).
“Si un estadio avanza a una tasa de 3% de las obras al mes, eso necesita que se acelere significativamente, eso enciende una alerta amarilla”, siguió el ministro.
La intensificación en las obras, consideró Rebelo, pasa por aumentar el número de trabajadores: “si se va a trabajar con un equipo, contrate dos; si va a contratar un trabajador para un turno, contrate para dos. Eso torna una obra intensiva y no elevación de costos porque en vez de pagar 10 trabajadores en dos meses, paga 20” en un mes.
Además de los estadios, Brasil libra una carrera contrarreloj para terminar a tiempo todas las obras de infraestructura para recibir el evento, como la modernización de los colapsados aeropuertos y la ampliación de las redes de transporte público, así como más oferta hotelera y mejores telecomunicaciones.
En junio, durante la Confederaciones, más de un millón de personas salieron a las calles para protestar por los gastos públicos multimillonarios para la organización del Mundial y exigir mejoras en las redes públicas de transporte, salud y educación.
Los manifestantes pedían servicios públicos con “patrón FIFA” de excelencia.