El Partido Pirata de Alemania organizó este sábado junto a otras organizaciones diversas protestas en varias ciudades mientras promueve “Kriptopartys” para enseñar a proteger datos y comunicaciones en Internet.
Los integrantes de ese partido alternativo que hace bandera de la libertad en la Red confían en que el escándalo del espionaje masivo de EEUU en Alemania podría mejorar sus expectativas ante las elecciones del 22 de septiembre.
Las concentraciones en una treintena de localidades reunieron a varios miles de personas, pero la última encuesta electoral publicada esta semana ante los comicios de septiembre otorgó a los “piratas” un cuatro por ciento de los votos, duplicando las expectativas que tenían en enero.
Ese porcentaje sería todavía insuficiente para entrar en el Bundestag (cámara baja alemana), que exige un mínimo del cinco, pero los analistas coinciden en destacar el impulso que ha dado al partido el polémico programa de espionaje desvelado por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense Edward Snowden.
La supuesta colaboración de los servicios de inteligencia alemanes ocupa desde hace semanas las portadas de los principales periódicos del país, aunque no ha conseguido dañar la popularidad de la canciller y candidata a la reelección, Angela Merkel, ni mejorar las negras perspectivas de los socialdemócratas.
Sólo los “piratas” salen fortalecidos, a pesar de que hasta el momento no habían hecho bandera del escándalo.
Con apenas programa electoral más allá de la libertad en la Red, el partido organiza desde hace semanas las denominadas “Kriptopartys”, en las que se facilitan trucos y consejos para proteger discos duros, conversaciones y mensajes en Internet.
Su intención es repartir miles de DVD con programas para codificar las comunicaciones antes de las elecciones y dar la sorpresa el 22 de septiembre como hicieron en 2011.
Ese año lograron entrar en el Parlamento de la ciudad-estado de Berlín y en los meses siguientes consiguieron escaños en otros cuatro estados, un éxito empañado más tarde por las disputas internas. EFE