Los precios al consumidor en Venezuela acumularon un incremento de un 25 por ciento en el primer semestre del año, muy por encima del 7,5 por ciento registrado en el mismo período del año anterior, dijo el martes el Banco Central, complicando el panorama económico y social del Gobierno de Nicolás Maduro.
La inflación en junio llegó a un 4,7 por ciento, desacelerando su avance frente al 6,1 por ciento registrado en mayo. No obstante, esta variación mensual fue las más alta registrada para el sexto mes en al menos 10 años.
Por su parte, la variación anualizada del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue del 39,6 por ciento, bastante por encima del 21,3 por ciento del período previo.
“Los resultados del INPC en el primer semestre de 2013 se dieron en un contexto afectado por el ajuste del tipo de cambio oficial, la adecuación de los precios de algunos rubros sujetos a control, principalmente en alimentos y en las tarifas del transporte terrestre de pasajeros”, dijo el ente emisor.
Venezuela devaluó su moneda este año un 32 por ciento, lo que encareció la importación de materias primas y bienes terminados en un país que depende fuertemente de la actividad de sus puertos.
Además, en un intento de estimular la producción y capear una rampante escasez de alimentos y productos básicos, se aprobaron aumentos de precios en rubros esenciales para la dieta diaria como carne y pollo.
El indicador de escasez, que mide la restricción en la oferta de productos, retrocedió en el sexto mes a un 19,3 por ciento frente al 20,5 por ciento del mes previo. A pesar del retroceso, el indicador se mantiene en máximos de cinco años.
Venezuela logró a través de la aplicación de regulaciones de precios y un abundante gasto público mantener a raya los precios en 2012 para cumplir su meta de terminar el ejercicio con inflación de 20,1 por ciento, una reducción significativa en sus estadísticas, pero aún así la mayor tasa de América.
Las autoridades financieras esperaban terminar este año con una variación cercana a 18 por ciento, pero esas previsiones ya fueron desechadas, reseña Reuters.
El BCV consideró que los resultados del INPC en el primer semestre de 2013 fueron influidos por un contexto de devaluación, aumento de precios de algunos rubros sujetos a control, principalmente alimentos y tarifas del transporte terrestre de pasajeros.
Dos agrupaciones subieron por encima del promedio global: Alimentos y bebidas no alcohólicas (5,8%) y Transporte (6,4%). Apenas dos grupos de bienes registraron subidas menores a 1%: Servicios de educación (0,5%) y Comunicaciones (0,7%). Entre tanto, seis agrupaciones registraron variaciones entre 2,0% y 3,2%: Alquiler de vivienda (2,0%), Servicios de la vivienda (2,4%), Salud (2,5%), Bienes y servicios diversos (2,6%), Equipamiento del hogar (3,2%) y Esparcimiento y cultura (3,2%); en un tercer conjunto, formado por 3 grupos, se ubican las variaciones próximas al promedio global: Bebidas alcohólicas y tabaco (4,4%), Vestido y calzado (4,6%) y Restaurantes y hoteles (5,0%).
Por ciudades se registró el siguiente comportamiento: Barquisimeto 5,5%, Caracas 4,3%, Maracay 4,6%, Ciudad Guayana 4,5%, Barcelona-Puerto La Cruz 4,1%, Valencia 5,8%, Maracaibo 4,4%, Mérida 4,4%, Maturín 4,9%, San Cristóbal 4,6%, y Resto Nacional 4,9%.
La variación consolidada correspondiente a los servicios que integran la canasta del INPC fue de 4,2% en el mes de junio, menor al 5,0% que se obtuvo para los bienes. Al cierre del primer semestre los bienes acumularon 28,6%, mucho más que el 19,3% de los servicios, reportó el BCV.
La variación intermensual del índice del núcleo inflacionario, al igual que el INPC global, desaceleró en junio, de 5,0% a 4,6%, una décima porcentual por debajo de la tasa global (4,7%). Estos resultados obedecen al efecto combinado de sendas desaceleraciones ocurridas en alimentos elaborados, de 5,7% a 5,4%, y en servicios no administrados, de 5,2% a 4,3%, en contraposición a las aceleraciones que se registraron en textiles y prendas de vestir, de 2,9% a 3,2%, y en bienes industriales distintos de alimentos y textiles, de 4,5% a 4,6%.
El indicador de escasez descendió algo más de 1 punto porcentual en junio, al ubicarse en 19,3%; se trata de la segunda baja consecutiva en el indicador. El índice de diversidad también registró un resultado favorable, al aumentar significativamente de 113,3 a 122,5.