Si estás a dieta y no sólo no adelgazas sino que además estás ganando peso, quizá estés cometiendo uno de los tres errores más comunes que hacen que no resulte efectiva para lograr tu propósito.
Es frustrante y difícil de entender pero existen razones que explican por qué no consigues adelgazar con tu dieta y además ganas peso. De acuerdo con una encuesta realizada en Reino Unido, casi un tercio de las mujeres que está siguiendo un régimen suele comprobar cuando se pesa que ha ganado cerca de dos kilos.
¿Por qué sucede esto? Según los nutricionistas, la dieta puede haber alterado el equilibrio de tu cuerpo. Sobre todo si sueles empezar un régimen y dejarlo para volver a retomarlo al poco tiempo. La misma encuesta asegura que un alto porcentaje de mujeres se pone a dieta cinco veces al año.
A veces las dietas son contraproducentes. Por ejemplo, una dieta muy baja en grasas puede provocar que el cuerpo queme menos carbohidratos. Además las dietas que permiten comer cantidades ilimitadas de ciertos alimentos y prohíben otros provocan que se coma demasiado, y aunque sea un alimento saludable, cada vez que comas raciones enormes de algo acabarás engordando.
Aquí te damos tres razones por las que tu dieta puede no estar funcionando.
Tienes que comer alimentos que no te gustan. No hay nada peor en un régimen que tener que comer cosas que en condiciones normales no comerías. Esta circunstancia empeora la sensación psicológica de carencia y restricción que siempre trae un régimen, y que incrementa el hambre y el riesgo de atracón. Es una guerra perdida. En este caso debes cambiar de dieta y buscar otra que incluya alimentos que desees comer y que, además, te hagan adelgazar. No es una quimera hay muchos tipos de dietas que incluyen una amplia variedad de alimentos.
Tu dieta incluye muchos aditivos y suplementos artificiales. Algunas dietas recomiendan aditivos y suplementos para sustituir comidas que están repletos de conservantes y componentes químicos que pueden resultar contraproducentes en algunas personas porque producen inflamación e irritación. Raramente saben bien y tampoco suelen dejarte saciado. Suelen ser alimentos muy procesados que incluyen nutrientes. El problema es que cuando los dejas, acabas comiendo más de otras cosas. Mejor una porción de verduras que un batido nutritivo. Al menos no hagas que tu dieta se base solo en este tipo de alimentos.
Tu dieta te prohíbe alimentos a los que no puedes renunciar. De acuerdo con la encuesta que mencionamos anteriormente los cinco alimentos a los que es más difícil renunciar son el chocolate, las patatas fritas de bolsa, el queso, el pan y el vino. En este caso los nutricionistas recomiendan buscar un equilibrio y no intentar aferrarse al todo o nada. Por ejemplo si vas a cenar y te apetece un postre rico en azúcares y carbohidratos, intenta comer alimentos más ligeros, verduras y proteínas magras. No puedes convertir tu dieta en una guerra eterna porque nunca funcionará.