Los operadores petroleros no pierden el sueño por preocupaciones en torno a lo que la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a menudo impredecible y provocadora en el pasado, decidirá cuando se reúna la semana próxima, reseña Reuters.
Según delegados presentes en las reuniones, el cártel de productores tiene diferencias internas sobre si debe mantener o no intacta la política de producción. Pero como factor de riesgo para los mercados petroleros, su reunión del 31 de mayo en Viena apenas aparece en el radar de los operadores.
Una razón es que los precios del petróleo Brent están muy cerca de los 100 dólares el barril, el nivel que favorece el principal productor del mundo, Arabia Saudita.
Aunque es un precio caro para los niveles históricos, está bastante por debajo de los 125 dólares que encendieron las alarmas de los grandes consumidores el año pasado.
De hecho, la revolución del esquisto en Estados Unidos, que sigue siendo el principal consumidor de petróleo mundial por delante de China, incrementó las esperanzas entre los importadores sobre la posibilidad de que el constante aumento en los precios de los combustibles en la última década llegue a su fin.
El promedio nominal anual de los precios mundiales del petróleo creció más del cuádruple en la década iniciada en el 2002, desde 25 dólares a un récord de 111 dólares el barril en el 2012.
Este año, el promedio hasta la fecha muestra una pequeña baja y el Brent operaba apenas por encima de 102 dólares el barril el lunes.
Un informe de la Agencia Internacional de Energía publicado este mes pronostica que la provisión de petróleo de esquisto estadounidense ayudará a cumplir con la mayor parte de la nueva demanda mundial en los próximos cinco años, dejando poco espacio para que la OPEP aumente la producción sin arriesgarse a una rebaja en los precios.
“La OPEP está en una situación difícil”, dijo Chakib Khelil, ministro de Petróleo de Argelia entre 1999 y 2010. “La demanda del petróleo de la OPEP va a disminuir, mientras que la creciente demanda está siendo satisfecha por otros”, agregó.
El incremento en los suministros de Norteamérica causará un declive en la demanda por el petróleo de la OPEP hasta el final de la década y un aumento en su excedente, dijo Christof Ruhl, economista de BP.
Hace apenas un año, el auge del esquisto fue desestimado por la OPEP como una preocupación mínima.
El ministro del Petróleo de Kuwait, Hani Hussein, dijo que los productores “esperarían ver más investigaciones para tener una mejor idea sobre el impacto del petróleo de esquisto” y su contraparte de Venezuela, Rafael Ramírez, expresó: “No me preocupa, solo son proyecciones”.
Para fin de año, Estados Unidos había registrado su mayor incremento anual de producción petrolera desde que se convirtió en productor a comienzos de la década de 1860.
El aumento de 850.000 barriles por día fue superior a lo que los dos productores más pequeños de la OPEP, Qatar y Ecuador, producen en total.
Parte de ese petróleo de esquisto es de los que más cuesta producir a nivel global, pero Arabia Saudita -dueño de la mayor capacidad de excedente en la OPEP- no muestra señales de apertura de su oferta para una reducción de precios que lo vuelva poco económico.
Lejos de eso, su ministro petrolero elogió el mes pasado el resurgimiento energético de Estados Unidos. El impacto del esquisto se siente más en aquellos países que dependen fuertemente de las exportaciones al país norteamericano.
Delegados de la OPEP dicen que la reunión de los 12 miembros del grupo mantendrá un objetivo de producción de 30 millones de bpd.
“El precio sigue siendo razonable y no es menor a 100 dólares”, sostuvo un delegado de uno de los países del Golfo Pérsico que integra la OPEP.