Por Patricia CLAREMBAUX/AFP
Para la ocasión, los reos, verdaderos amos de las prisiones de Venezuela, han guardado sus pistolas en honor al deporte y tras el pacto de caballeros que asumen como una norma en los eventos con invitados. Sin embargo, unos pocos las llevan bajo la camiseta; otros portan sus cuchillos, constató la AFP.
Desde los años 90 las armas de fuego han estado presentes en los penales venezolanos. Aunque no existe una versión oficial del modo cómo ingresan, varias ONG han denunciado la complicidad de los funcionarios de las prisiones.
Contienda deportiva inédita
Los atletas, vestidos con el uniforme tricolor venezolano y procedentes de los 34 penales del país, marcharon el jueves por el campo de béisbol de la Penintenciaría General para dar inicio a esta competición deportiva, inédita en las violentas cárceles venezolanas.
Según cifras del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), un total de 591 presos murieron en 2012, producto muy a menudo de enfrentamientos armados entre bandas internas rivales y motines. Además, el sistema penal registra un hacinamiento de 192%, con casi 50.000 presos para una capacidad de 16.500.
La Penitenciaría General no es una excepción. Tiene una superpoblación de 1.686 presos, entre penados (827) y procesados (859).
En este centro son menos evidentes los problemas de violencia e insalubridad que sufren otras cárceles, por lo que sirve de centro piloto para estas actividades deportivas.
Para estos juegos, se utiliza su campo de béisbol, su cancha de baloncesto y un ring de boxeo que recién instalaron en el patio común. Este último deporte fue incorporado para sustituir a los conocidos coliseos, batallas cuerpo a cuerpo que se libran en los penales utilizando los cuchillos.
Según relatan algunos de sus ocupantes a la AFP bajo anonimato, la penitenciaría funciona mejor que las otras porque solo existe un pran (como se conoce a los líderes que controlan las cárceles, por encima de las autoridades), lo que disminuye las luchas internas.
Se trata de Yonaikel, a quien apodan “culo de rata” y que pertenece al mismo “carro” (como llaman a la banda que lidera un penal) de los últimos siete años. Este pran ha mantenido intactas las normas y el orden de sus predecesores.
Pero, para estos juegos, quien desempeñó un papel determinante para su organización fue el beisbolista Ugueth Urbina, sentenciado en 2007 a 14 años por homicidio calificado y liberado a finales de 2012 por buena conducta, además del preso Hernán López.
Urbina pertenecía al círculo de confianza del pran anterior de la penitenciaría, donde pasó algunos años de su reclusión y en sus días de prisión inició la fundación Ugueth Urbina para atender los ratos de ocio de los presos. Así se congració con la población y también con el gobierno.
Deporte para combatir la violencia
Gracias a la intervención de Urbina, “pudimos tener enlace con la ministra (para el sistema Penitenciario, Iris Varela). Llevaron el tema (de los juegos) y lo aceptaron como tal (…) Esto va a minimizar la violencia”, dice a la AFP López, reconocido como “más que un pran” por sus aportes en la humanización penitenciaria, un plan que el gobierno anunció en 2004.
Los presos del “tren del sur”, una banda extendida en la mayoría de los penales, se encargaron también de la organización.
Todos negociaron con la ministra Varela, también presente en el desfile de atletas este jueves: “Estamos convencidos de que dignificando a los privados de libertad ganaremos la batalla a la delincuencia”, dijo la titular, quien dedicó cada intervención a la memoria del expresidente Chávez.
Urbina, excerrador de los Phillies de Filadelfia, prendió este jueves la llama olímpica que acompañó la marcha de los 472 atletas de la fase final de estos juegos que empezaron hace dos semanas.
Desde el inicio, participaron 3.200 atletas pertenecientes a todos los recintos, que representan apenas 6% de la población penal del país. El domingo se conocerá a los campeones nacionales.
AFP