Al menos 200 familias, provenientes de diferentes municipios del eje Este, el pasado 4 de febrero decidieron tomar un grupo de viviendas deshabitadas que se encuentran ubicadas en el Complejo Habitacional Ezequiel Zamora y a las pocas horas fueron desalojados por efectivos de la Policía de Aragua. Desde entonces se mudaron a un terreno vacío que se ubica dentro del mismo urbanismo y duermen en carpas que varias veces fueron derribadas por los efectivos policiales, reseña El Aragüeño.
A más de tres meses de haberse suscitado esta toma y luego de haber visitado a todas las instancias gubernamentales posibles, de esas 200 familias ya sólo quedan 35, que siguen esperanzados en obtener un techo digno, en este afán les llegaron las primeras lluvias de este año, y aseguran que seguirán esperando una respuesta, “aunque tengan que dormir en colchones empapados”. Aseveraron que “Chávez nos prometió un techo y no nos moveremos hasta que este sueño se haga realidad”.
Mersa Delvalle, una de las integrantes de esta toma, dijo que “ya cumplimos en diciembre votando por Tareck El Aissami y seguimos la línea de nuestros ideales, apoyando al actual Presidente Nicolás Maduro, yo creo que ya es hora de que el Gobierno cumpla con nosotros, y nos adjudique una de estas casas, que ya cumplieron dos años abandonadas (…), lo más triste es que aquí ya han adjudicado a varias familias, que retribuyeron este regalo saliendo al cacerolazo convocado por Caprichito”.
“Las cacerolas también abundaban en los edificios continuos, que fueron entregados por el Gobierno que hoy sabotean con esta acción”, dijo por su parte Lilian González, “la única música chavista que se oía, fue la que pusimos nosotros en un pequeño equipo que nos prestaron (…), fueron pocas las personas que salieron a contrarrestar este ataque majunche y aún así ostentan casas equipadas que recibieron gracias al Presidente Chávez”.
“Nuestra última esperanza es Nicolás Maduro, a quien entregamos un informe de nuestra situación el 1º de abril, en el Cuartel de la Montaña”, agregó Suri Pereira, “allí le anexamos fotos de la situación precaria en la que vivimos y le explicamos que lo único que nos falta es visitar El Vaticano (…), también entregamos una copia al asistente del gobernador, en una marcha que se realizó en La Victoria y sólo nos dijo que teníamos que tener paciencia”.
Los afectados lamentan que las casas sean desvalijadas una y otra vez por el hampa y que se pierdan entre el monte, mientras miles de familias viven arrimados, alquilados y en alto riesgo. Sin embargo, lamentan más aún, que ellos no tengan otro sitio donde dormir, sino este terreno que ocuparon para concretar un sueño.
En tal sentido, hicieron un llamado al sucesor del Comandante, para que ofrezca respuestas a quienes cifran sus esperanzas en la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Finalmente, Yensi Molina, quien relató el calvario que vivieron con las recientes lluvias, apuntó que “muchas veces nos han tildado de invasores, cuando la verdad es que hemos respetado las viviendas, a pesar de estar solas y deteriorándose, lo que somos es desesperados sintecho, que exigimos nuestro derecho constitucional a una vivienda digna (…), ojalá Maduro siga la senda de nuestro Comandante eterno, que si estuviera vivo ya nos hubiera tendido la mano hace bastante tiempo”.