Transparencia y algunas arbitrariedades fueron los protagonistas en el cierre de los centros de votación de la parroquia Simón Bolívar. Apertura y cooperación en unos, hermetismo y turbiedad, en otros. Todos dentro de una misma jornada signada por la emocionalidad y las ansias de participación ciudadana, publica Correo del Caroní.
La Escuela Básica Nacional (EBN) Mercedes Prospert cerró a las 6:00 de la tarde, cuando ya no había electores en la cola. Minutos más tarde totalizaban los resultados y hacían los preparativos para la auditoría. La coordinadora del centro, Marglenis Tovar, estimaba el 83% de participación. La misma situación se dio en la EBN Bachiller Felipe Hernández y en la Unidad Educativa Dr. José Ángel Ruiz. En ambas se estima una participación superior al 80%.
No puede decirse lo mismo de la Unidad Educativa Nacional Liceo Manuel Piar, donde los efectivos del Plan República no solo cerraron las puertas, sino que los miembros de mesa y hasta la coordinadora de centro se negaron a dar la cara. La protesta se incrementó cuando los castrenses permitieron la entrada y salida de individuos carentes de credencial alguna.
El ejemplo lo dio la EBN Juan Vicente Cardozo: el centro más grande de la parroquia, con un total de 5010 electores. Ahí la auditoría se cumplió casi al pie de la letra, salvo por la actitud del Plan República de dejar entrar a pocos ciudadanos a la verificación.
“¡Lo que pasa es que la gente se vuelve loca!”, afirmaba el coordinador del centro, Alcides Valdés. Sus palabras fueron proféticas cuando los asistentes exigieron la auditoría de 4 de las 9 mesas, y no 3 como reza el reglamento.
El conteo de papeletas coincidió con los resultados de las actas de totalización. Al final sumaron 2.741 votos para Capriles, 1.632 para Maduro y solo 2 votos nulos. Ah, y 1 voto para la candidata María Bolívar.