Francisco, el primer papa latinoamericano, arrancó este jueves su pontificado bajo el signo de la sencillez con una oración privada en una basílica de Roma y una ofrenda de flores a la Virgen.
El hasta ayer cardenal argentino Jorge Bergoglio, de 76 años, proclamado Papa por sorpresa el miércoles tras dos días de cónclave, llegó por la mañana temprano a la basílica romana de Santa María la Mayor para una breve oración, donde decenas de curiosos le esperaban para saludarle.
Dentro del templo el nuevo Papa hizo una ofrenda floral a la Virgen en una pequeña capilla, como prometió la víspera desde el balcón de la Basílica de San Pedro, donde decenas de miles de personas celebraron su proclamación.
Al salir, el Papa saludó a los niños de una escuela cercana y fue a buscar sus maletas en la Casa Internacional del Clero, cerca de la céntrica Plaza Navona, donde residía antes del cónclave, y luego pagó la cuenta. “Para dar ejemplo”, explicó Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
Otra muestra de su sencillez tuvo lugar en la cena posterior a su proclamación como nuevo líder de la Iglesia católica en la plaza de San Pedro. “Que Dios les perdone por lo que han hecho”, dijo a los cardenales que le habían elegido en el cónclave, siempre según Lombardi.
Saliendo de la plaza de San Pedro, donde acababa de aparecer en el balcón ante miles de personas, Francisco no quiso utilizar el coche oficial del Papa (con matrícula SCV1) y prefirió volver a la Casa Santa Marta como había venido, en un minibús con el resto de cardenales.
El Vaticano explicó que Francisco habla al menos cinco lenguas (español, italiano, alemán, inglés, francés además de un poco de portugués) y quitó importancia al hecho de que de joven le fuera extirpada una parte de un pulmón.
“No es una causa de minusvalía”, afirmó el portavoz del Vaticano, que también restó importancia a su andar vacilante que pudo observarse durante su visita a la basílica.
El Vaticano confirmó además que Francisco llamó el jueves a su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, instalado en Castelgandolfo.
A las cinco de la tarde (16h00 GMT), el nuevo Papa celebrará otra misa en la Capilla Sixtina con los cardenales que le eligieron. Será un misa en latín “de carácter fraternal”, dijo Lombardi.
El padre, la voz más visible del Vaticano desde la renuncia de Benedicto XVI, habló también en un tono más personal de su emoción de ver a un jesuita como él acceder al trono de Pedro, algo inédito en la historia de la Iglesia, igual que el nombre de Francisco.
“Es algo extraordinario, algo que ninguno de nosotros habría imaginado. En nuestra espiritualidad, nuestro servicio no es la diócesis ni la iglesia universal sino una actitud de obediencia a las misiones”, explicó.
Una agenda muy cargada
El nuevo Papa tendrá en los próximos días una agenda muy cargada. El viernes por la mañana recibirá a todo el colegio cardenalicio (electores y no electores) en la Sala Clementina. El sábado comparecerá ante los periodistas, como ya hiciera su predecesor Benedicto XVI.
El domingo rezará el primer Ángelus desde la ventana del estudio pontificio, antes de la gran misa de entronización del martes 19 de marzo, día de San José, patrono de la Iglesia, en la que se espera la presencia de líderes de todo el mundo, entre ellos a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, que ya confirmó su presencia.
La elección del argentino contradijo todos los pronósticos de vaticanistas y expertos que veían una pugna entre el italiano Angelo Scola y el brasileño Odilo Scherer.
“La sorpresa de Francisco” titulaba este jueves el diario conservador Corriere della Sera, haciéndose eco del sentimiento de autoridades políticas y religiosas de todo el mundo que recibieron con sorpresa y satisfacción la elección del nuevo Papa.
En Argentina, sin embargo, la prensa se interrogaba también sobre su papel durante la dictadura militar en el país (1976 – 1983).
“Es un pastor de doctrina sólida y realismo concreto”, resaltó el vaticanista Sandro Magister, recordando que siempre se mantuvo “a buena distancia” de la Curia, el gobierno de la Iglesia y que hace ocho años fue rival .
Con esta elección concluyen cuatro agitadas semanas en la historia moderna de la Iglesia después de la renuncia inesperada de Benedicto XVI, alegando “falta de fuerzas” para seguir llevando a cabo su misión, un hecho sin precedentes en los últimos siete siglos.
Afp