Venezuela tiene desde el viernes un nuevo presidente encargado que por primera vez en al menos 14 años es desconocido por la oposición, mientras se anticipa una pronta convocatoria de elecciones generales.
En una jornada que inició temprano con una ceremonia oficial de despedida al fallecido presidente Hugo Chávez, su vicepresidente Nicolás Maduro se juramentó por la noche en la Asamblea Nacional en medio de vítores como mandatario “encargado”, una posición que le permite técnicamente aspirar a la primera magistratura.
El llamado a elecciones se espera del Consejo Nacional Electoral, que tiene una sesión extraordinaria prevista para el sábado, cuando anunciaría la fecha de los comicios.
La Constitución establece que a la muerte del titular del Ejecutivo, las autoridades electorales deben convocar a comicios dentro de los 30 días siguientes.
El mismo recién juramentado presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió el llamado inmediato a la votación.
En un día cargado de elogios y referencias a Chávez, Maduro, de 50 años, pareció encender sus motores electorales cuando dijo que de forma inmediata saldría a la calle a buscar sus apoyos.
Entrada la noche, partió desde el Congreso hacia la Academia Militar, donde están los restos del dirigente muerto, para un acto simbólico de juramentación frente al ataúd y también para posesionar como nuevo vicepresidente a Jorge Arreaza, ministro de Ciencia y Tecnología y quien está casado con la hija mayor de Chávez, Rosa Virginia.
En su discurso ante la asamblea, Maduro aseguró tener información de que la oposición podría no presentarse a dichos comicios, aunque no dio más detalles.
Se convocará a elecciones “para que el pueblo de Venezuela decida quién va a ser su presidente o presidenta de la República de manera democrática”, dijo Maduro desde la tribuna legislativa, en un discurso de una hora.
La juramentación de Maduro fue cuestionada por la oposición, que aunque en los últimos 14 años criticó a Chávez, siempre reconoció sus victorias electorales.
“Nicolás, a ti no te eligieron presidente. El pueblo no votó por ti chico”, dijo poco antes de la juramentación Henrique Capriles, de 40 años, líder opositor y quien calificó el acto como espurio y fraudulento.
Para Capriles, el bloque opositor en el Legislativo y algunos juristas, tal acto es fraudulento porque la Constitución dice que quien asume la presidencia tras la muerte de un mandatario, es el jefe del parlamento y por 30 días mientras se realizan nuevas elecciones.
En un pronunciamiento, el líder opositor dijo que pidió a las autoridades asistir al funeral de Chávez, quien murió el 5 de marzo a los 58 años, pero que le dijeron que era mejor que no acudiera.
Capriles fue el principal rival de Chávez en las pasadas elecciones generales de octubre y obtuvo el 44% de los votos. Chávez, quien tuvo dificultades para realizar actos de campaña debido al cáncer que padecía, ganó con un 55% de los votos pero nunca pudo tomar posesión del cargo el 10 de enero como lo establece la Constitución.
“Una de las ideas que manejan (entre la oposición) es la de no presentarse en las elecciones. Ojala no sea así. Eso sería un grave error”, dijo Maduro.
“El día que el poder electoral convoque las elecciones, nosotros estaremos listos… no tenemos miedo. Confiamos en el pueblo. Que gane quien tenga que ganar. Llamamos a la oposición y a todos los sectores políticos del país para que inscriban sus candidaturas”, añadió.
Maduro tomó juramento como “presidente encargado” de Venezuela horas después de encabezar los funerales de Estado ofrecidos a Chávez y prometerle lealtad eterna frente a una treintena de jefes de Estado, artistas y celebridades mientras sostenía la constitución bolivariana en su mano derecha.
Maduro también juró lealtad absoluta a las “fuerzas armadas de Chávez” con el puño erguido al aire; gesto que fue correspondido por el Ministro de Defensa que estaba presente en las galerías.
Su discurso estuvo salpicado de lágrimas, arengas al estilo de Chávez, y ataques a Estados Unidos, “élites capitalistas” y la prensa internacional.
Con el nombramiento como presidente encargado, Maduro tiene la posibilidad de competir en las próximas elecciones pues la constitución bolivariana establece que ningún vicepresidente puede contender por la primera magistratura.
En los funerales, el ahora “presidente encargado” prometió lealtad eterna a su líder y convocó a la sociedad a continuar con el proyecto iniciado hace más de una década por el “comandante”.
Una vez juramentado, Maduro recibió la banda, el collar y el broche presidencial y se dirigió a los asistentes desde la tribuna del Congreso.
“Esta banda le pertenece a Hugo Chávez”, dijo con la voz entrecortada.
“Nunca jamás aspiramos a ningún cargo y menos a la presidencia de la República, porque estábamos absolutamente satisfechos del jefe, del líder, del presidente que teníamos y que seguimos teniendo en nuestro corazón, hasta el último suspiro de esta vida”, señaló. “No es por ambición personal”.
Señaló que estaba ahí “cumpliendo la orden del comandante en jefe”, Chávez, quien en diciembre dijo que si algo le pasaba pedía que apoyaran a Maduro.
Chávez fue especialmente querido por las clases populares. Sus críticos dicen que deja a sus predecesores una tarea monumental que se caracteriza por una inflación galopante, de más del 20% anual, una deuda pública que se cuadruplicó y que ahora está por los 100.000 millones de dólares, una delincuencia exacerbada y un colapso en la infraestructura petrolera, que es una industria clave para el país. AP