El cáncer no se puede contagiar ni se inocula, y las afirmaciones del martes de que al presidente venezolano Hugo Chávez le habían “ocasionado” la enfermedad que le causó la muerte no se basan en la realidad, aseguró hoy un oncólogo peruano en Washington.
EFE
“El cáncer no se contagia ni se inocula”, dijo a Efe el oncólogo Elmer Huerta, investigador de cáncer y expresidente de la Sociedad Americana del Cáncer de EE.UU.
Huerta, director de un consultorio de prevención médica para inmigrantes hispanos en el área de Washington, consideró importante entender la evolución del cáncer en los seres humanos y por ello salió al paso de las acusaciones de que a Chávez, fallecido ayer en un hospital militar en Caracas, le ocasionaron el cáncer.
Al insistir en que “enemigos históricos” de Venezuela buscaron “dañar la salud” de Chávez, el vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo ayer que “llegará el momento indicado de la historia en que se pueda conformar una comisión científica de que el comandante Chávez fue atacado”.
“Ya tenemos bastantes pistas sobre este tema, pero es un tema muy serio desde el punto de vista histórico que tendrá que ser investigado por una comisión especial de científicos”, añadió Maduro en una intervención televisiva.
Pero, según Huerta, “no hay nada más lejos de la verdad”, sobre todo porque la mayoría de los pacientes no muere de cáncer en sí sino de las complicaciones que éste produce.
Chávez, de 58 años, desarrolló una grave infección pulmonar tras su última operación en Cuba en diciembre pasado y pese a los tratamientos de la oncología moderna, señaló Huerta, al recordar que nunca se divulgó la naturaleza del cáncer que éste padecía.
Al igual que comentó en su blog personal difundido en la página digital del diario peruano El Comercio, Huerta dijo estar convencido de que los médicos desahuciaron a Chávez en Cuba y fue entonces que su familia decidió trasladarlo a Caracas para esperar la muerte.
Sobre la posibilidad de que un virus pueda ser inyectado para provocar un cáncer, Huerta explicó que sólo el cáncer de cuello uterino es causado por un virus, el del papiloma humano (VPH).
“Si bien es cierto que el 90 % de ese tipo de cáncer es causado por cuatro variedades del virus del papiloma humano, la inversa no es cierto: no todas las mujeres que acarrean el virus desarrollan ese cáncer”, observó Huerta.
A manera de ejemplo, enfatizó que en la actualidad el 85 % de las estudiantes universitarias que acarrean el VPH “no desarrolla nunca ese cáncer”.
Huerta insistió en que es “imposible, muy difícil” que se pueda introducir un cáncer en un ser humano debido principalmente a la compatibilidad de las células y los tejidos.
El cáncer se caracteriza por la multiplicación desordenada de células vivas que, como cualquier otra célula viva, tienen unos “sellos inmunológicos” especiales, llamados complejos MHC (Major Histocompatibility Complex), explicó el experto.
Estos complejos, llamados HLA (Human Leukocyte Antigen) en los humanos, determinan, en el caso de trasplante de órganos, que estos sean reconocidos o rechazados por el paciente.
Por el asunto de compatibilidad, “para que tu cuerpo aceptase células de un tumor canceroso, éstas tendrían que provenir de un familiar muy cercano, como tu madre o tu hermana”, señaló Huerta, al indicar que es imposible contraer cáncer por la vía oral o inyectada porque el sistema de defensa del receptor rechazaría las células cancerosas.
Por otra parte, agregó que, para envenenar a alguien con una sustancia química tóxica para que desarrolle cáncer -como sucede, por ejemplo con el uso del tabaco- requeriría “un larguísimo tiempo de exposición”, con dosis constantes y prolongadas durante muchos años.
La idea de que una sola dosis del “veneno” pueda causar cáncer “no tiene fundamento científico”, enfatizó Huerta.