El Ejército de Colombia calificó como “una nueva mentira” que el ELN haya dejado en libertad a cinco trabajadores de la minera canadiense Geo Explorer, como aseveró esa guerrilla la víspera en un comunicado.
“Estamos de cara a una nueva mentira del terrorismo. La verdad (es que los rehenes) siguen siendo víctimas de los terroristas, los mantienen aún cautivos”, sostuvo el comandante de la Segunda División del Ejército colombiano, el brigadier general Juan Pablo Amaya.
En declaraciones divulgadas por la página del Ejército, Amaya desestimó el comunicado divulgado el martes en la página de internet del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En ese mensaje, la guerrilla aseguró: “tres colombianos y dos peruanos se liberan tras darles a conocer los cargos en su contra, en el juicio que se adelanta contra la locomotora minera, en su paso por el Sur de Bolívar”, sin que las autoridades de uno y otro país hayan tenido noticia alguna al respecto.
“Nosotros continuamos adelantando todas las operaciones aéreas y terrestres para forzarlos a que los liberen, a que respeten su vida, su integridad y en eso estamos decididamente empeñados”, dijo el alto mando oficial.
Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón también se refirió a la supuesta liberación y le pidió al ELN que deje de “hacer propaganda de ese delito de lesa humanidad”.
“A esta altura esto no tiene ningún tipo de confirmación, francamente yo recomendaría que dejen de sacar comunicados y que liberen a todos los secuestrados”, agregó Pinzón tras advertir que “el Gobierno ha venido hablando con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para la liberación de todos los secuestrados”.
“Yo les puedo decir es que nosotros tenemos toda la voluntad de permitir y colaborar para que estas personas regresen a sus hogares”, indicó.
Los liberados serían los peruanos José Mamani y Javier Ochoa, y los colombianos William Batista y Manuel Zabaleta, además de un tercero del que no se ha difundido la identidad.
El secuestro fue perpetrado el pasado 18 de enero en el campamento de Casa Barro, en Norosí (sur de Bolívar, norte de Colombia), cuando los cinco rehenes y otro más que no fue citado por la guerrilla, el canadiense Jernoc Wobert, descansaban antes de salir a trabajar en exploraciones de oro y plata.
EFE