Legalizado ya y entrado en las costumbres de muchos países, el matrimonio homosexual sigue dando lugar a apasionadas polémicas en Francia, donde en las últimas semanas se multiplicaron las manifestaciones a favor o en contra del mismo.
El martes de madrugada, opositores al proyecto de ley desplegaron en los puentes de París banderolas que repiten las consignas de las manifestaciones contra el “matrimonio para todos”: “un padre y una madre, es elemental” o “todos nacidos de un hombre y una mujer”.
Los debates en la Cámara Baja del Parlamento francés durarán dos semanas y se anuncian maratónicos, dado que la oposición de derecha ha presentado miles de propuestas de enmienda y varias mociones de procedimiento.
Las posiciones son conocidas y tajantes. Para la derecha, apoyada por las Iglesias, un niño necesita padres de sexo diferente. Con el gobierno, la izquierda defiende la igualdad de derechos para las parejas homosexuales y para sus hijos.
Esa es la posición que defenderá la ministra de Justicia Christiane Taubira al iniciarse los debates el martes por la tarde. “No hay razones para que las parejas heterosexuales sean protegidas por el Estado y que las parejas homosexuales no tengan la misma protección”, reafirmó Taubira el domingo.
La derecha desplegó ya las armas que utilizará en el Parlamento: cuenta defender 5.000 enmiendas, un número excepcionalmente alto, y tres mociones de procedimiento, una de las cuales para reclamar un referéndum sobre el tema.
El presidente de la comisión de leyes de la Asamblea Nacional, el socialista Jean-Jacques Urvoas, declaró empero a la AFP que espera un agotamiento de la guerrilla parlamentaria. “Para hacer obstrucción, se necesitan obstructores. Ellos no tienen las tropas necesarias”, dijo respecto a la bancada de derecha.
La suerte está echada
Según la izquierda, sea cual fuere la duración de los debates, la suerte está echada. “Una ley será votada, y por amplia mayoría”, predijo el primer ministro Jean-Marc Ayrault.
Para ser aplicada, la ley tiene que ser votada por la Asamblea y por el Senado, donde, como en la Cámara Baja, la izquierda es mayoritaria.
Según un sondeo del instituto Ifop publicado el sábado, los franceses son mayoritariamente favorables al matrimonio homosexual (63%), pero la opinión está más dividida con respecto a la adopción (49% a favor, 51% en contra).
La polémica sobre el “matrimonio para todos”, promesa de campaña del presidente socialista François Hollande, que alinearía Francia con otros países europeos (España, Portugal, Holanda, etc.), dura desde hace meses y fue objeto de varias manifestaciones masivas.
El domingo pasado, los partidarios de la ley reunieron en París entre 125.000 y 400.000 personas, el doble que durante su precedente manifestación a mediados de diciembre, pero la mitad que los “anti” el 13 de enero.
En 1998, el Pacto Civil de Solidaridad (Pacs), unión abierta a los homosexuales, suscitó ya una guerrilla parlamentaria y manifestaciones de los opositores en las calles. Hoy la medida ha pasado a formar parte de las costumbres.
Como ejemplo, Taubira suele citar a España, donde “se censaron más de 12.800 bodas y 240 divorcios desde la legalización del matrimonio homosexual en 2005”.
Por Anne-Marie Ladoues
AFP