1.- Evocan mejores tiempos
Cuando los hombres las ven, les recuerda que hubo un tiempo donde el estrés sólo se remitía a no obtener tu comida a tiempo. No había jefes, ni deadlines para presentaciones. Cuando éramos bebés toda nuestra felicidad venía empaquetada en ellas y a nivel inconsciente los chicos recuerdan que gracias a ellas se sintieron protegidos y seguros.
2.- Tabú Social
Aunque en cada puesto de revistas encontramos pronunciados escotes y todos hayamos visto un par de senos en nuestras vidas, sigue siendo la fruta prohibida en la mayoría de las regiones del mundo. Nunca ninguna chica ha ido al trabajo topless, ¿verdad?
Estamos programados para desear lo que no podemos tener fácilmente, y mientras más difícil se vuelve conseguirlo, así también incrementa nuestra obsesión por ello.
3.- Símbolo de fertilidad
Piensa en al civilización más antigua que recuerdes haber estudiado en Historia, te podemos casi asegurar que tiene figuras de mujeres con grandes bustos, y esto no es al azar. Ayer como hoy, el tamaño y forma de los pechos femeninos revela a la sociedad (a un nivel subconsciente) la capacidad de amamantar a los hijos.
La fertilidad, así como las capacidades del cuidado de la familia se ven centralizadas en bubis y caderas. No es casualidad que los símbolos sexuales de nuestra época, como Angelina Jolie y Pamela Anderson sean venerados globalmente.
4.- Más sabe el diablo por viejo
No es sorpresa que los caballeros sepan que al tocarnos debidamente en esta zona en específico, puedan llegar a tercera base.
5.- Supervivencia de los más fuertes
Como bien lo decía Charles Darwin, las especies más fuertes son las que sobreviven. Según su teoría, todos los seres vivientes estamos diseñados biológicamente para intentar dejar descendencia más fuerte y sana que nosotros.
Unos pechos firmes y de buen tamaño evocan a una mujer saludable, por lo que dan claves biológicas a sus potenciales parejas de ser capaces de procrear descendencia igual de fuerte.