El Alto Tribunal irlandés denegó hoy a una mujer que sufre esclerosis múltiple y se encuentra en estado terminal el derecho a recibir de su marido un suicidio asistido.
Marie Fleming, de 59 años y exprofesora universitaria, presentó el pasado diciembre una demanda contra la Ley sobre Suicidio, que data de 1993 y castiga con un máximo de 14 años de cárcel a quien “ayude, instigue, aconseje o procure” un suicidio.
Durante el juicio, el primero de este tipo en Irlanda, la enferma, madre de dos hijos, aseguró que la legislación vigente viola sus derechos personales y a la vida, de acuerdo con los principios recogidos en la Constitución irlandesa y en la Convención Europea de Derechos Humanos.
Fleming, quien lleva más de 25 años en una silla de ruedas, solicitó a los tres jueces que componen el Alto Tribunal de Dublín que la libraran de una “muerte dolorosa” y permitieran que su marido la ayudara a acabar con su vida “digna, legalmente” y acompañada por su familia.
El magistrado jefe, Nicholas Kearns, afirmó hoy que este tribunal decidió rechazar por unanimidad la solicitud de Fleming, que perseguía obligar al Estado a modificar la legislación y la Constitución sobre el suicidio asistido.
En su opinión, existe un “riesgo real” de que, incluso con “estrictas salvaguardas”, la legalización impida proteger adecuadamente a los más vulnerables, como “los ancianos o los pobres”, quienes “podrían no ver otras opciones cuando se consideran una carga para sus familias o la sociedad”.
No obstante, el juez explicó que, en casos extremos como el de Fleming, la Fiscalía tiene cierta autonomía para decidir si emprende o no acciones legales contra alguien que se haya prestado a ayudar en un suicidio.
“Su coraje ante la adversidad es admirable e inspirador. Por muchas razones, (Fleming) ha sido el testigo más notable que cualquier miembro de esta sala ha tenido el privilegio de conocer”, concluyó Kearns. EFE